Humilde homenaje de Cotarro
PEPE BIONDI
El Gran
Payaso argentino
Cuando una de las grandes
olas inmigratorias llegó a nuestro país, trajo consigo a dos napolitanos, José
Biondi y su esposa Ángela Cavalleri.
Era el comienzo del siglo XX.
La gente venía a
América desde Europa, y en este caso particular, intentando escapar de la
miseria en la que estaban sumergidos en el sur de Italia. Tuvieron 6 hijos
y se instalaron en una casa ubicada en la cortada Baigorri, a metros de Caseros
y Entre Ríos, en el barrio de San Cristóbal.
Fue allí mismo que nació José
Biondi hijo, más conocido como Pepe Biondi. La miseria que habían padecido
en Italia, se convirtió en pobreza en Buenos Aires. José y Ángela se las
arreglaron como pudieron para alimentar a Pepito y sus otros cinco hijos.
Ninguno de los chicos pudo ir
a la escuela. No había posibilidades.
El circo
Al cumplir los siete años, el
padre de Pepito consiguió un empleo en los talleres del Ferrocarril del Sud,
por lo que la familia se tuvo que mudar al barrio Remedios de Escalada en la
provincia de Buenos Aires. Al lado de su casa prefabricada, había un
terreno baldío.
Ese fue el lugar elegido por
Miguel Anselmi, para instalar la carpa del Circo Anselmi, un viejo circo
criollo fundado en 1862 por Gabriel y Luis Anselmi y dirigido en aquel
entonces, por el hijo de este último, Miguel.
Era una época dura.
Hasta los chicos de la
familia Biondi debían trabajar. Pepito, además, tenía sueños.
Las dos cosas se conjugaron
cuando Juan Bonamorte, el acróbata payaso del circo, más conocido como
Chocolate, lo vio a pepito en la puerta de su casa.
Enseguida notó que el chico
era movedizo y cómico y le serviría para completar su equipo de acrobacia
conformado por Chocolate, Ángel Zanetti, alias Pachequito y su esposa.
Chocolate, que era brasileño,
les pidió a José y a Angela en portuñol, que les prestara a su hijo para su
número acrobático.
La plata hacía falta en la
casa, así que aceptaron inmediatamente. El moreno le enseñó el oficio con
una educación intensiva, no exenta de castigos físicos.
No todo era acrobacia en el
circo.
Una de las tareas de Pepito
era quitarle las pulgas a los monos.
Una vez un chimpancé casi le
arrancó la nariz de un mordisco, cuando le echó polvo antipulgas en los
ojos.
Cuando el circo partió,
Pepito se fue con él.
Tenía apenas siete años y los
padres no tuvieron más remedio que dejarlo ir. Fueron cinco años
trashumantes de acrobacia y payasadas acompañadas de las palizas que le daba
Chocolate y el cariño reparador de la esposa del brasileño.
La vuelta al hogar
A los 12 años se cansó del
maltrato y volvió con sus padres que se habían mudado a Villa Barceló, en
Lanús.
La familia seguía en la
pobreza.
Como todos, tuvo que
salir a trabajar.
Primero como repartidor
en un almacén, luego como lustrabotas.
Un día consiguió que un amigo
le prestara 2 pesos para comprar unos periódicos.
Salió a venderlos por San
Telmo y Constitución, tratando de conseguir una esquina que fuera de él.
Lo logró a base de piñas y se
instaló en la esquina de Bernardo de Irigoyen y Garay.
Un día, pasó por aquella
esquina su ex compañero de circo, Pachequito.
Cuando lo vio le dijo: "¿Qué
hacés vos vendiendo diarios?... Vos sos artista".
Pachequito le había tomado
cariño al pibe en esos cinco años y reconocía las dotes cómicas de Pepe.
Le presentó a José Donato y
junto con él formó el dúo The Donalds. El debut se produjo en el Parque
Japonés y luego fueron recorriendo los distintos escenarios de Buenos Aires,
recibiendo monedas por su actuación.
Pero los pocos pesos que
recibían apenas alcanzaban para el puchero. Biondi, sin embargo, recordaba con
cariño aquellas épocas: "El hambre compartida, era menos
hambre".
Al poco tiempo el dúo
consiguió un miembro más: Poroto, cuyo verdadero nombre era Felipe Doufur, y se
convirtió en trío.
Con la incorporación de este
nuevo miembro, el espectáculo fue más requerido y empezaron a ganar más dinero:
"Alcanzamos a ganar treinta pesos por día, una verdadera
fortuna", evocó Biondi en un reportaje. Pepe había aprendido
todo en la calle.
En 1922, agarró los libros y
tomó una decisión: "A los 16 pirulos, aprendí a leer y escribir
sólo, porque me daba vergüenza ser analfabeto".
En 1926, le tocó hacer el
servicio militar. Biondi recordó en un reportaje, que cuando entró al
regimiento, el sargento le miró su cara cómica y le dijo: "¿A usted
quien lo manda...? ¿El enemigo?".
Sin embargo, al verlo hacer
las pruebas acrobáticas que estaba acostumbrado a hacer en el circo, los
oficiales se lo disputaron como asistente y pasó una relajada
conscripción. Al finalizar el servicio militar, Pepe volvió al ruedo.
Graciosamente recordaba
aquella época de poco reconocimiento por parte del público: "Me fui
a Montevideo con una troupe de artistas de variedades. Recuerdo que la noche
del debut, a las 21 se levantó el telón y a las 21:10 se levantó el
público".
El fracaso Montevideano lo
trajo de vuelta a Buenos Aires, presentándose en los cabarets más importantes
de entonces: El Florida, el Maipú Pigalle, el Chantecler, entre otros.
Dick y Biondi
En 1933 volvió a su primer
amor, el circo.
Fue en el circo Londres,
donde conoció a Dick. Dick había nacido en Rusia.
Su verdadero nombre era
Zalman Ver Dvorkin. Al igual que Pepe Biondi, desde niño había sido un
acróbata circense.
Dick formaba un dúo cómico
con un compañero de la adolescencia llamado Jacobo Leive Salomón y conocido
como Larry.
El dúo Dick y Larry, venía
recorriendo el país desde 1931, hasta que estando en Córdoba, Larry se lesionó.
El circo necesitaba un dúo
cómico, y como Biondi estaba actuando sólo le exigieron que integrara el dúo.
De ahí en más, Dick fue su
partenaire cómico durante los siguientes 20 años.
El dúo empezó a adquirir
notoriedad, cuando descubrieron el efecto de la cachetada. Dick recordó
aquel momento en un reportaje: "Un día Biondi se presentó en el
circo con la cabeza afeitada porque se le estaba empezando a caer el cabello y
le dijeron que para evitar la calvicie no había nada mejor que una rapada.
Como yo también comenzaba a
perder pelo, seguí el consejo, de modo que los dos aparecimos en la pista del
circo con el cráneo reluciente.
En escena, mientras yo
anunciaba el siguiente número, Biondi, sorpresivamente, me dio una cachetada en
la cabeza, que fue estruendosamente festejada por el público.
No me gustó aquello y esperé
una oportunidad para devolverle el golpe, lo que hice antes de terminar nuestro
espectáculo.
Nuevamente la risa del
público fue estruendosa.
Entonces, mientras nos
cambiábamos en el camarín, decidimos usar la cachetada en la cabeza con más
insistencia y construimos un par de rutinas a base de ellas.
Pero mientras pasaban los
días y el público seguía festejando, el pelo comenzaba a invadir la cabeza y
amortiguaba el golpe, restándole sonoridad.
Fue cuando decidimos probar
las cachetadas en la cara.
Al principio dolían mucho,
era una tortura, pero poco a poco nos acostumbramos. Muchas veces se nos fue la
mano.
Una vez le pegué a
Biondi, calculé mal y lo deje k.o.". El nombre del dúo no tardó en aparecer: Los locos de la
cachetada.
Ese mismo año, Pepe conoció a
una cantante de tango llamada María Teresa Moraga y cuyo nombre artístico era
Teresita Magi.
Se enamoraron inmediatamente
y se casaron el 24 de enero de 1934. El cómico diría sobre su casamiento:
"Me parece que di el salto mortal más espectacular de mi vida,
porque de repente, ¡Patapúfete!, me casé sin medir las consecuencias".
Tuvieron una hija, a la que
bautizaron con el nombre Margarita Graciela.
Recorriendo Latinoamérica
Con Dick, pasaron del circo a
los varietés y de allí a Latinoamérica. En 1937, estando en el Teatro
Santana de San Pablo, Brasil terminó preso.
Pepe y Dick comenzaban todas
sus actuaciones, peléandose en la platea con dos espectadores que en realidad
eran actores.
Pero en San Pablo la cosa se
complicó.
Mientras se peleaban con los
supuestos espectadores, entró un policía que sin darse cuenta de que se trataba
de una farsa, los sacó a patadas del teatro y los llevó a la comisaría.
Ese mismo día fueron
liberados y la presentación se produjo exitosamente al día siguiente.
El éxito de Pepe y Dick se
expandió por toda América, menos en la Argentina, por lo que estaban permanentemente de
gira.
En 1941 dando una función en
Chile, Biondi hizo un mal cálculo, falló en un número de acrobacia y se fisuró
la columna.
El error de cálculo le costó
un año de cama enyesado de pies a cabeza.
Los ahorros no alcanzaban
para sobrevivir. "Mi esposa que se había retirado de la profesión,
tomó la iniciativa de volver al tablado de variedades.
Y, otra vez, como hacía siete
años, cantaba para que en casa no faltara de comer, con más razón ahora que
teníamos una hija", recordó Biondi.
Al recuperarse, ya no podía
hacer los números acrobáticos. Biondi tenía que plantearse un cambio y el
reposo le sirvió para pensar.
Con una vieja máquina de
escribir Remington prestada por el poeta Hector Gagliardi, comenzó, primero, a
copiar los chistes de la revista Rico Tipo, y después a seguir creando sus
propios libretos.
A pesar del fin de las
acrobacias, el éxito continuó, esta vez con el humor hablado.
Recorrieron Latinoamérica con
gran suceso, hasta que llegaron a México.
El 10 de octubre de 1947
debutaron en El Patio, un reconocido local del Distrito Federal mexicano.
Fueron contratados por seis
semanas, pero el recibimiento fue apoteósico.
El cierre de la actuación era
con la célebre Josephine Baker, que se aburría de esperar detrás del escenario
por los continuos bises solicitados por el público al dúo Biondi-Dick..
A la semana de actuar en EL
Patio, los fue a ver el empresario de un teatro, el Esperanza Iris, para
ofrecerles el número central.
El ofrecimiento fue por 500
pesos, superando los 200 pesos diarios que recibían en el otro local.
Pocos días después los
llamaron de otro teatro, El Tivoli. A los 15 días de llegar a México estaban
actuando en la sala más importante y en dos teatros al mismo tiempo.
Se empezaron a llenar de
dinero. Biondi no lo podía creer.
Lo que más lo sorprendía es
que podía comprarse un automóvil último modelo al contado.
Establecieron un record en El
Patio, con cuatro meses de permanencia y Biondi consiguió su cuarto trabajo, al
ser contratado por la radio con sus propios libretos.
Su adiós al hambre lo experesó
de la siguiente manera: "Me empecé a malacostumbrar a comer todos
los días".
De ahí surgió un contrato
para actuar en España y Portugal, y al volver a América, decidieron que lo
mejor sería ir a México.
El triunfo en Cuba
Volvieron en el año 1952 y retornaron
a El Patio y al Teatro Liceo.
Pero un nuevo fenómeno
invadía el mundo: La televisión.
A los pocos días les
ofrecieron actuar para la TV
mejicana.
Primero estuvieron en un
programa de variedades por un mes y luego fueron contratados por seis meses
para presentar un programa exclusivo que terminó alargándose por un año y
medio.
Se acabaron los chistes
sueltos del teatro de variedades y comenzó a escribir sketchs.
El primero que escribió fue
El filo de la navaja, que transcurría en una peluquería de barrio.
El éxito fue enorme, pero
cuando quisieron renovarles el contrato para la televisión por cuarta vez,
decidieron cambiar de aires y se fueron a probar suerte en la televisión
cubana.
Era el año 1953. Biondi
descansó como guionista, ya que utilizaban los libretos que ya había escrito en
México, modificados por e escritor cubano Alvaro de Villa.
Tres años más tarde se
produjo la separación del dúo.
Dick sabía que Biondi era la
figura y que él estaba muchas veces limitado sólo a dar el pie.
Por lo tanto resolvió
separarse para irse a España y probar su propio número.
Biondi quedó solo y el éxito
fue aún mayor y comenzó a ser considerado el cómico número uno del Caribe.
Durante los siguientes tres
años condujo el programa televisivo Biondi pregunta y paga.
En ese mismo canal trabajaba
el locutor cubano José Díaz Lastra, quien se enamoró de la hija de Pepe Biondi,
Margarita Graciela.
Se casaron y de esta manera
se convirtió en el eterno yerno de Pepe Biondi.
Patapúfete
Una mañana, antes de que
estallara la revolución fue interceptado por unos combatientes cubanos y fue
secuestrado por una noche, para que no sea visto en la TV cubana como señal contra la
dictadura de Batista.
Una vez pasada la hora
del programa fue liberado.
Pero la policía de Batista
creyó que Biondi estaba complotado con los guerrilleros.
Una vez instalada la
revolución el 1° de enero de 1959 los propios fidelistas lo presentaron por
radio y televisión como un cómico de la revolución.
Pero el ciclo de Biondi en
Cuba había terminado y decidió viajar a Venezuela.
La televisión venezolana
recién comenzaba y todo era muy improvisado.
Pero allí también tuvo un
éxito rotundo.
Fue allí donde surgió el
Patapúfete.
Estaba actuando en su sketch,
cuando en las proximidades del set se estaban montando otras escenografías.
De pronto cayó un telón
creando un fuerte estrépito.
Biondi interrumpió su línea y
dijo espontáneamente Patapúfete.
Los otros actores y el
público comenzaron a reir sin parar.
A partir de ahí fue su
caballito de batalla..
En 1961 lo llamó el cubano
Goar Mestre que se había radicado en Buenos Aires, después de la revolución y
estaba a cargo de la programación de Canal 13.
La vuelta a Buenos Aires
Su debut ante las cámaras se
produjo el 7 de abril de 1961. Viendo a Biondi fue un suceso de entrada
ubicándose en el primer puesto del rating en Argentina, Uruguay, Perú, Colombia
y en el canal latino de Los Angeles, California.
Ese mismo año nació su primer
nieto, Marcelo Gustavo. Durante los años siguientes fueron apareciendo sus
personajes: Narciso Bello, Pepe Galleta, Pepe estropajo, Pepe Canario, Pepe
Chantapufi, Pepe Canillita y Pepe Curdeles.
En 1963 recibió el premio
como mejor actor humorístico de APTRA.
Al año siguiente nació
su segundo nieto, Jorge Gabriel. A
partir de ese mismo año, Golo y Guille y más
tarde Luis Carbone se agregaron a Biondi como libretistas.
Los actores que lo
acompañaron en el programa fueron su yerno Pepe Díaz Lastra, Lita Landi, Mario
Fortuna (h), Mónica Grey, Luisina Brando, raúl Perrone, Delfor Cabrera, Lilian
Cerasco, María esther Corán, Angel Bazo y Marianito Bauzá.
Los ensayos los realizaba en
su casa. Sus dos nietos participaron de Viendo a Biondi. En 1965
padeció una afección cardiovascular, por lo que debió operarse en Houston, Texas.
Su aorta obstruída fue reemplazada por otra de dacrón.
Cuando salió de la anestesia
le dijo a la prensa: "¡Soy el único cómico con refuerzo de
nylon!"
Dos años más tarde lo
volvieron a operar, colocándole una prótesis de plástico en la pierna.
En 1969 terminaron sus shows
para la televisión, siempre manteniéndose al tope del rating.
Nunca más volvió a la
televisión, hasta que el 1° de junio de 1975, apareció por última vez en un
reportaje.
Allí se notaba que había
cambiado, que se había vuelto un hombre más religioso.
Al final del reportaje dijo: "Los
años no pasan para mí; se me quedan todos encima".
Tres meses más tarde, en la
madrugada del 4 de octubre de 1975, Pepe Biondi se fue en paz luego de muchos
años de lucha.
En el velatorio, Teresa, su
mujer le dijo a Crónica: "Fue un hombre excepcional. Estuvimos
casados 41 años. Creo que después de su nacimiento se rompió el molde. Fue un
excelente padre, esposo y amigo. Murió durmiendo, pasó de un sueño a otro sin
ningún sufrimiento como consecuencia de un paro cardíaco".
Pepe Biondi siguió viviendo
en el corazón de los argentinos, incluso lo siguieron disfrutando los chicos
que todavía no habían nacido cuando el murió.
Incluso hoy, en el 2008
muchos nos emocionamos, cuando escuchamos a nuestros hijos de 4 años decir
Patapúfete. www.clownplanet.com
Comentarios
Publicar un comentario