El Día en que la política le gano al futbol: Punto para el peronismo “K” LANATA, IBOPE, EL FUTBOL, BAEZ Y LA NADA.
El Día en que la política le gano al futbol: Punto para el peronismo “K”
Escrito por UNO DE NOSOTROS/BLOGSPOTEl sábado, demostramos que hace diez años, empezó una década en la que sabíamos que le ibamos a ganar al fútbol
UNO DE NOSOTROS/BLOGSPOT/
domingo, 26 de mayo de 2013
Le ganamos al fútbol
Hoy le ganamos al fútbol.
El sábado, demostramos que hace diez años, empezó una década en la que
sabíamos que le ibamos a ganar al fútbol.
Una década en la que la política volvió a todas las bocas, todos los
cuerpos, todas las charlas, el café, la mesa y la charla en el baño.
Una década en la que sí, le ganamos al fútbol, sacándoselo de las manos
sangrientas al Grupo Clarín y devolviéndoselo al pueblo.
Así terminó su programa de fotoperiodismo, Jorge Lanata, hace algunas
horas.
Con la frase "Le ganamos al fútbol".
Claro, concreto, sincero.
Y kirchnerista.
Pretendía resumir así una victoria por puntos, puntos de IBOPE, en la
que midió más que el partido Boca-Newell´s.
No haré acá un tejido de sospecha sobre si Boca, tan cercano a Macri,
tiró para atrás el partido para perder encendido, y perder 4 a 0, no lo haré, porque no
soy como ellos, y no tengo pruebas.
Bueh, lo hice.
La cosa es que el programa de Lanata hoy empezó prometiendo que
mostraría las fotos de Lázaro Báez "en situación", como había dicho
en la radio, y luego que mostraría a Lázaro Báez ahí, durante la supuesta
"remodelación" que Lázaro Báez había hecho.
Y así empezó el programa.
Primero con él, Jorge Lanata, en pantalones cortitos y ropa de fútbol y
una hinchada pagada ahí para que aliente.
Leyó, el panelista Gendler, una bandera que nunca se vió.
Dijo: "Wiñazki pecho frío".
Bueno. Así quiere a sus amigos, Lanata, quien guiona el programa o al
menos, lo aprueba.
Enseguida empezó el monólogo, aburrido, dijo que pasaría el partido en
un picture in picture pero pasó 5 segundos (literal) y luego siguió su
programa.
Avanzó con su comedia, y dijo que no era posible que entren 700.000
personas en Plaza de Mayo.
Lo cual, hay que decirlo, es cierto.
Por eso, le dejamos acá esta foto, en la que vemos que no fue sólo
Plaza de Mayo.
También le dejamos un besito en la mejilla.
Muá.
Entonces se enojó porque dice que le dicen que le han dicho a quienes
le dicen lo que decir que entonces lo que dicen cuando dicen lo que no dicen
sería que están diciendo que no presenta pruebas.
¿Y cómo se fue todo el programa?
Así.
Autocitándose.
Mostrando sus propios programas.
Y sus propias investigaciones.
Pasando sus propios tapes.
Acá suena la primera alarma, y recuerden esto: Lanata, tanto con
Fariña, con Elaskar, con la "secretaria" de Néstor, con Lázaro y con
Máximo, siempre dijo lo mismo.
Y eso es lo siguiente: los Kirchner roban.
Roban guita.
Y Fariña dijo que la guita se pesaba.
Y Elaskar dijo que la guita estaba en "La Rosadita".
Y la "secretaria" dijo que vio bolsos con guita.
Y luego Lanata nos mostró, de mentira y cartón, la bóveda en la que
Néstor guardaba la guita, porque así nos contó Lanata, diciendo hasta cuántos
millones de Euros había allí.
Y Lázaro tenía una bóveda, en la que irremediablemente, habría mucho
más dinero.
Es importante que recordemos que acá en "Powerpoint para
todos", siempre se habló de que los Kirchner roban guita.
Mientras tanto, el programa seguía avanzando así, programa uno,
programa dos, programa tres, luego se sinceró y dijo "episodio
cuatro", y así.
Demostrando con su fotoperiodismo, que tenía las pruebas que él mismo
había presentado, en las que la Argentina toda, blanca y sana y buena,
comprobarían empíricamente que los kirchner, robaban guita.
Y volvió al show.
Mostró las mismas fotos que toda la prensa tuvo antes.
Mostró las mismas fotos que el propio Majul había mostrado un ratito
antes.
Y trajo a Wiñazki en pantalón cortito, a debatir seriamente,
presentando un informe sobre el informe, en el que un perito, peritaba en base
a las fotos que había ahí y el video de la casa de Lázaro.
Lo de la canaleta del juego, está comprobado.
O al menos a mi me parece que sí.
Porque el perito que llevó Wiñazki, decía eso: "A mi me parece que
sí".
Así.
Simple.
A él le parece.
Eso, es una prueba.
Que a él le parece.
Mientras tanto, yo seguía con ganas de ver las fotos de Lázaro con el
martillo y el casco mandándole con toda a la pared, martillo en mano, plam plam
plam, tomá, pared, tomá, pared gorila.
Y no venía.
Y entonces vino.
Vimos las fotos.
Vimos todas las fotos.
Mentira, vimos algunas, porque las que vimos son las que ya habíamos
visto: fotos de bolsos, fotos de bolsas, fotos de una fogata, fotos de
camionetas, más fotos de bolsos, más fotos de bolsas, fotos de una pared, fotos
de unos lockers, y todo, pero todo, vacío.
Salvo las bolsas, que algo adentro tenían.
De los bolsos no podemos decir que estaban llenos o no.
Pero las bolsas sí.
Entonces... Lanata se ganó a sí mismo.
Y dijo que en esas bolsas, "habría armas".
Así.
Sin pelos en la lengua pero sí en todo el cuerpo.
Que en los bolsos habría armas.
Sin ningún tipo de foto, prueba, análisis, peritaje, forma de bufoso,
balazo, nada.
Lo dijo.
Y chao.
También luego profundizó su modelo de investigar, al decir que ellos
habían chequeado las patentes y que todas las patentes eran de camionetas de
Lázaro Báez.
Ahí se despertó otra alarma: no sólo no había guita (por ahí quemaron
300 palos europeos en la fogata, andá a saber), sino que no había fotos de las
patentes.
Ni una sola.
Ni nada.
Luego Lanata cortó a una imagen de video, en la que no sé bien quién,
espero que Wiñazki, así siente vértigo periodístico, filmaba a una camioneta en
una supuesta casa de Néstor, estacionada con la culata en el portón, irse luego
por ahí.
Sospechosamente.
El Ciego Rivaldo, en twitter, escribía que le resultaba al menos
curioso que no hayan seguido a esa camioneta para ver adonde corno iría, pero
la mentira y la sospecha, ya estaban instaladas.
Yo creo que el veedor de Lanata, el señor y la señora que lo miran
enojados con el gobierno, se den cuenta que le pasaron de una investigación por
robo de guita, a una investigación en la que un tipo se llevaba armas.
En bolsas de residuo.
Luego tiró dos o tres más, una imitación de Néstor y dijo que los
montoneros mataban a personas desarmadas pero que él no podía matar a nada.
Ahí, todos los pelos que no tenía en la lengua se le fueron al cuerpo y
se convirtió en el gorila boludo que a todos nosotros, los peronistas, nos
gusta tener a mano para revolearle una banana para que la traigan, obedientes.
Wiñazki, mientras tanto, quizás, observaba todo con un suspiro,
pensando qué dirían sus parientes al verlo en pantalón cortito.
Pero le ganó al fútbol.
Lo dijo él.
Y apagó la luz y se fue.
Y toda la mentira, mientras tanto se hace carne, y nosotros los
militantes tenemos que picar esa carne.
Una profesora de una escuela, la de matemáticas, no tengo
el nombre aún, arranca sus clases con una adivinanza.
Empezó, hace unos días, dibujando a una mujer.
Le hizo la ropa, pollera.
Luego le hizo un bigote de Hitler y una Svástika.
Los chicos no sabían quién era.
"Cristina, es Cristina Kirchner!", gritó.
Con lo cual, sería interesante que comprendamos que por más que
nosotros sepamos quién es Lanata, qué hace Lanata y por qué hace lo que hace,
con no verlo, nunca alcanza.
Con hacernos los boludos, tampoco alcanza.
Es tarea de la militancia conocer al enemigo, destaparle sus mentiras y
poder discutir con altura a la bajeza moral de periodistas como Lanata y
miserables que se ponen un pantalón corto en el Prime Time, por dinero, como
Nicolás Wiñazki.
Es tarea nuestra demostrar con el material que él nos da, que miente
descaradamente.
Y es quizás nuestra tarea más jodida, comprender, asimilar y explicar
que una operación de prensa, aún mal armada, tiene reverberancias en el día a
día.
Como sucede en esa escuela.
Como sucede en muchos de los lugares y las casas de las personas (buenas
personas, con buenas intenciones) que saben que han tenido el poder de echar de
Casa Rosada
a un Presidente como fue con De La Rúa.
Es tarea nuestra, entonces, seguir mostrando lo que no muestran.
Seguir peleando con los que nos pelean.
Seguir comprendiendo que somos lo que hacemos y decimos.
Hacerse carne con la idea de que esta fue la primera década ganada, y
que tenemos que construir la próxima década.
Seguir yendo con la verdad, siempre.
Seguir dudando, sin ninguna seguridad sobre lo que la política es, pero
sabiendo siempre lo que la política debe hacer.
Seguir siendo felices, durmiendo en paz.
Y saber que las personas que echaron a De La Rúa, también son, en gran
parte, las que hoy apoyamos a Cristina en una Plaza de Mayo y media, llenas.
El día que el pobre esté llenando esa plaza, será cuando todos nosotros
nos callaremos la boca y nos iremos adonde nos tengamos que ir.
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