PERO ANDÁ PEPE
por Jorge Zabalza
Si José Mujica hubiera dicho este discurso a fines de los
’80, lo habríamos aplaudido a rabiar, como hizo aquella multitud que llenó el
Estadio Franzini en setiembre de 1987, cuando llamó a crear un frente grande
combativo para enfrentar al malón fascista que se podía venir. Claro que, en esos
tiempos, era otro Pepe el que hablaba.
Ahora,
cuarto de siglo después, en Santiago lo oyen
hablar de portaviones, autodeterminación y países grandes e
interpretan su decir como la profesión de fé
antimperialista de un guerrillero tupamaro. En cambio, muchísimos
uruguayos no
sabemos si nos está diciendo una cosa o la otra, en especial por su
apoyo a los
acuerdos estratégicos con el Pentágono que está negociando su compadre
Fernández Huidobro, por mantener tropas uruguayas en la intervención
armada
contra el pueblo haitiano y por permitir en silencio que la embajadora
Julissa Reynoso
opine y haga política en la interna uruguaya. Además, su mayor
contradicción es consentir a Tabaré Vázquez y Danilo Astori sus
posturas
pro-EEUU, algo que significa condenar al pueblo uruguayo para después
del 2015.
Sin olvidar que, por amplitud y tolerancia recibió a las damas de
Blanco,
agentes de la gusanería y la CÍA... esa es la diversidad cultural a la
que se
refiere en su discurso de Santiago de Cuba?
De puro desconfiado y suspicaz uno se pregunta que le
dirá José Mujica a Barack Obama cuando lo vaya a visitar... juro que pido públicamente
disculpas si en Washington exige que EEUU levante el bloqueo a Cuba, que deje
de torturar en Guantánamo y devuelva al pueblo cubano su tierra, que libere a
los cinco compañeros cubanos arbitrariamente presos en las cárceles yanquis. De
esa manera sus dichos en Santiago de Cuba se verán confirmados por hechos, siguiendo
el ejemplo de Evo Morales que habla contra el imperialismo y expulsa al
embajador yanqui, de Rafael Correa que emplaza a los EEUU por el secuestro del
presidente de Bolivia y del compañero Nicolás Maduro que se hace cargo de continuar la lucha
antimperialista que inició Hugo Chávez.
Por supuesto que comparto su admiración por la lección de
dignidad del pueblo cubano, pero le recuerdo que estuvo basada en la prédica
revolucionaria incansable de Fidel Castro, que nunca dejó de decir a las cosas
por su nombre: socialismo, socialismo y más socialismo. Si en Cuba se le
hubiera hablado al pueblo como Mujica le habla a los trabajadores de la
enseñanza, no se habría podido resistir la permanente intervención de la CIA. Tampoco
podrían haber enfrentado al imperialismo los cubanos, si Fidel les hubiera llenado
de confusiones la cabeza como ha hecho Mujica con la Verdad y Justicia,
cuestión programática profunda que ha banalizado y satanizado implacablemente.
Perdonen que pinche el globo una vez más, sobretodo a esa
cantidad de jóvenes del MPP que festejan el discurso como revolucionario a la
vez que proclaman su apoyo a la candidatura de Tabaré Vázquez. Disculpen si no
me entienden...pero a uno le cuesta volver a creer.
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