¡¡¡Queridos compañeros MAESTROS!!!



Danae Sarthou
Sé que estamos muy dolidos, desilusionados, golpeados. La soberbia del gobierno y del sistema político en su conjunto no deja de asombrarnos. A algunos porque creyeron en quienes hoy están en lugares de poder y los ayudaron a llegar, otros porque los creíamos un poco más inteligentes o hábiles. El caso es que nos encontramos nuevamente ante un balance negativo con respecto al conflicto, un 3% miserable, demostraciones de insensibilidad y torpeza política y lo que es peor la continuidad de la problemática que nos llevó al conflicto, incambiada. Ausencia de maestros, perspectiva de que la situación se agrave cada día más. No es sólo por el salario que los jóvenes no estudian ni se reciben de maestros ni eligen cargos. Es también porque la situación de crisis social ha generado condiciones de trabajo casi insostenibles, la fractura social de estas sociedades del capitalismo globalizado no aceptan más parches, las heridas son muy grandes. Y si a eso le sumamos que la sociedad no ha encontrado mejor distractor de los problemas que echarle la culpa a la educación y por ende a  maestros y profesores, es hasta difícil entender cómo todavía tengamos en las aulas de Formación Docente alumnos que se esfuercen por prepararse para salir a asumir la responsabilidad social de educar a las nuevas generaciones. Y muchos lo hacen críticamente y con compromiso buscando herramientas que les permitan decidir cómo y con qué finalidades trabajar, conscientes  de que la sociedad quiere usarlos para apagar el fuego de la guerra social al mismo tiempo que someterlos al menosprecio público.
Ladran Sancho, señal que andamos…
El último en la lista de quienes nos agreden no nos llama la atención, Carlos Maggi, lo que sí llama la atención es que use a Neruda  para usar la trágica estrategia Gebbels, ministro de propaganda de Hitler, de que “una mentira repetida mil veces se hace verdad”. En el artículo que escribe en El país Maggi sustituye en un poema de Neruda  “generales” por “maestros”. A quién Neruda tildó de traidores fue a los generales de la guerra civil española no a los maestros. No hay ningún paralelismo entre lo que quiere decir Maggi y lo que dice Neruda. Eso no se llama parafrasear, se llama tergiversar y es  una mala artimaña, no un recurso estilístico. Si nos quiere insultar que no se oculte detrás del pobre Neruda que no puede defenderse y que seguro no se prestaría a fines tan mezquinos.
Por lo demás el artículo se inscribe en el más trillado discurso liberal y neoliberal que nos invade desde la derecha pero  también desde la izquierda. Pretenden hacer creer que los culpables de la pobreza y de la desigualdad social somos los maestros. Y no, no somos los culpables y les recuerdo a los nuevos mentirosos que Gebbels al final, NO GANÓ. No sabemos cuándo, ni por qué medios lograremos hacer emerger las causas últimas de los problemas sociales pero sí sabemos que Varela se equivocó que la educación no destruye por sí sola los crímenes y los vicios ni aumenta el poder de las naciones El siglo y medio que nos separa de su discurso debería convocar a estos intelectuales a revisarlo y por qué no a estudiar algo sobre educación más allá de los esquemáticos discursos seudocientíficos de los organismos internacionales de crédito y sus agencias legitimadoras a través de las estadísticas.
La educación está socialmente condicionada. No resuelve todos los problemas sociales pero tampoco los genera. Nuestros niños no son pobres porque los maestros defiendan sus derechos, lo son porque este sistema económico capitalista genera la pobreza para que se acumule la riqueza. Los niños de los asentamientos, su hambre, su frío, su desamparo junto al de su familia son la contracara de los niños y sobre todo de los adultos de Pocitos, Punta Carretas y de Carrasco, de una sociedad que se basa en la injusticia.
Por más que lo repitan mil veces, LOS MAESTROS QUE TRABAJAMOS EN ZONAS DE POBREZA NO GENERAMOS LA MISERIA. Por el contrario, los que hemos trabajado y nos hemos comprometido y los que día a día lo siguen haciendo sabemos que con mucho más esfuerzo tenemos menos logros educativos pues las condiciones de acceso son muy difíciles de atenuar siquiera, tanto más de superar. Y sin embargo a pesar de los Mujica, y los Maggi los maestros seguimos yendo cada día y sufriendo con nuestros alumnos sus problemas y no abandonamos la idea de que aprendan, aún en condiciones de adversidad total, porque sabemos que no podemos contar con los Mujica ni los Maggi ni con los diputados de ningún partido para que cambien esta sociedad. Así que tendremos que educar a nuestros alumnos para que reclamen su derecho a vivir en una sociedad justa que les dé a sus hijos, los que les negó a ellos y a sus padres. Afortunadamente a pesar del bombardeo mediático antisindical, padres, abuelos y familias de la mayor parte de los barrios ricos y pobres lo sabe y por eso este conflicto a pesar de su frustración, tiene riesgo de generar un costo político elevado.
Seguiremos en esa lucha, la de todos los días y cuando nos recuperemos de los golpes recibidos, y descuento que lo vamos a hacer, volveremos a LEVANTARNOS PARA DECIR BASTA AL MENOSPRECIO SOCIAL INJUSTO DE LOS MAESTROS. PORQUE SABEMOS QUE REALIZAMOS UNA LABOR SOCIAL EXTREMADAMENTE VALIOSA, LA DE CONTRIBUIR EN LA CONSTRUCCIÓN DE SERES HUMANOS MEJORES CADA DÍA.

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