Espantando buitres. Por J.J.Ferrite



Usted sabe, las aves de rapiña acostumbran a sobrevolar desde las alturas para advertir a tiempo la presencia de sus futuras víctimas, y apelando al inmemorial instinto, dar comienzo a la caza propiamente dicha.
Usted sabe, la víctima puede intuir a tiempo el peligro y a puro reflejo tomar los recaudos necesarios que le permita sobrevivir, sino puede caer en la trampa de creer que él no es la presa y entonces continúa con sus ancestrales rutinas como si nada.
Algo de esos hábitos animales puede constatarse con el comportamiento humano en las relaciones que impone el capitalismo del siglo XXI.
Usted sabe, capitalismo de rapiña.

En el caso argentino hubo una reestructuración de deuda que fue aceptada por el 93% de los acreedores, pero el 7% restante no. De estos últimos una parte reclama un monto exorbitante, irracional, usurero y que de aceptarse de parte del gobierno de CFK, desnaturalizaría las bases del acuerdo inicial hasta echar por tierra lo ya acordado con la mayoría de los acreedores.
Los ingleses acuñaron para esos fondos el calificativo de buitres, fondos buitres.
Un juez de Nueva York dio una sucesión de amparos y resoluciones que además de trabar las negociaciones, alentó a la retención temporaria de la fragata ARA Libertad en un puerto africano, así como el intento confiscatorio de cuentas y propiedades del Estado argentino diseminados por el mundo. Los alarmistas que nunca faltan pero algún oculto interés defienden, dijeron que corrían peligro los envíos de soja a los mercados del mundo…
Los fondos buitre se especializan en comprar deudas y litigios judiciales para luego accionar contra los demandados, por caso en estos días, el grupo español Marsans que transfirió los derechos de litigio por la estatización de Aerolíneas Argentinas  al fondo Burford. Como sintetiza con ironía un titular en Página 12: “Quebró, huyo sin pagar, vino otro y quiere cobrar”.
Con visión poco común y la heterodoxia que caracteriza al gobierno de CFK se tomaron los recaudos necesarios para sobrevivir, rechazando las resoluciones del mentado juez neoyorquino y ganando terreno en las negocia-ciones con resoluciones que posteriormente le dieron la razón.
Los buitres internos, figuras de la política y del sindicalismo, amparados por los multimedios Clarín y La Nación se pronunciaron con reminiscencias fúnebres por acatar las intimaciones  vertidas por el anciano magistrado. Ellos ignorando (o no) la forma y el fondo del litigio, se sumaron al chantaje.
Hay que pagar, dijeron a coro M.Macri y G.Michetti candidatos a presidente y vice del PRO-derecha en los comicios de octubre. No fueron los únicos,  secundados entre otros por el socialista santafesino H.Binner y sindicalistas como H.Moyano, porfían con sus rutinas opositoras como si nada.
Parecería que es tal el afán de oponerse por oponerse al gobierno de CFK, que han perdido de vista el nudo central de un asunto que también les atañe, porque las relaciones con el poder financiero y los fondos buitres en particular no sabe de límites ni convivencia, como no sea acatar la imposición lisa y llana de condiciones deshumanizantes a los pueblos que convierten en sus víctimas, y a los gobiernos que encasillan de amigo-enemigo según los intereses en cuestión.
En muchos sentidos la oposición en Argentina señala, denuncia, apunta y defenestra al gobierno del Frente para la Victoria acusándolo de “haberse  peleado con todos los actores sociales y más, enemistado con el mundo…”
De allí acuñaron el diagnóstico de dudoso fundamento como no sea la mentira misma, de que “los argentinos estamos aislados del mundo”. A este sofisma, se suman los empresarios importantes, los grupos exportadores e infaltablemente la SRA, la sociedad rural argentina. En una palabra, los sectores que más dinero han ganado, a pesar de estar aislados del mundo…

Pero, decía la abuela, más vale maña que fuerza.
Algo de eso hubo cuando los representantes argentinos llevaron al seno de las Naciones Unidas (ONU) como necesidad impostergable el urgente tratamiento de un mecanismo que posibilitara renegociar las deudas de modo soberano.
Así, la asamblea de naciones aprobó los “nueve principios básicos sobre reestructuración de deuda soberana”. La sección encabezada por miembros del G-77 más China dieron respaldo a la iniciativa: 135 votos a favor; 6 en contra (EEUU, Canadá, Reino Unido, Alemania, Israel y Japón) y 42 abstenciones.
El nudo de la sustentabilidad del pago de la deuda lo resumía el compañero Néstor Kirchner de este modo: “señores permitan primero nuestro crecimiento (productivo y comercial) para después poder pagar”. Cortita y al pie.
Pese a ello, los gobiernos europeos que atraviesan crisis estructurales de deudas, por caso España, se abstuvieron de votar… quizá creyendo que ellos no son la próxima presa de los buitres, y entonces, Grecia sería un país africano o cercano a la Isla de Pascua.
Una lección de múltiples interpretaciones.
Una es que es posible idear mecanismos desde la periferia, desde los BRICS o los países emergentes aún a riesgo que una desalmada burocracia global intente desnaturalizar tamaño desafío. Lo veremos con el tiempo.
Otra lectura es la fotografía de la hipocresía, cuando algunos gobiernos europeos se subordinan al poder financiero internacional, al punto de subestimar los artilugios a que los fondos buitres recurren para someter al país que sea.
Hipocresía que se desnuda frente a los efectos de los bloqueos navales e incursiones armadas contra civiles en países como Siria o Palestina, cuando escapan por cientos de miles en una corriente migratoria que comenzó con el cruce del Mediterráneo o el arribo a la frontera de Hungría pero de la que ignoramos su finalización.
Una tercera lectura de naturaleza doméstica, es el silenciamiento mediático de la votación en el seno de la ONU que no hace otra cosa que revertir la consigna bizarra de que los argentinos estamos aislados del mundo.
Mientras tanto, usted sabe, los pueblos de la UNASUR y otros tantos seguimos espantando buitres, sean de la especie que sean: fondos compradores de deuda, tratados como el TISA o los TLC.
Responder, Responder a todos o Reenviar | Más

Comentarios

Entradas populares