CÓLERA: UNA ENFERMEDAD TERRIBLE CON UN TRATAMIENTO SENCILLO Por Joanna Keenan, Campaña de Acceso a Medicamentos de MSF
REPORTE ANUAL 2017 13
Aline Kaendo sabía cómo mantener a Aristide,
su hijo de 5 años, a salvo del cólera en
casa: lavarse las manos, tomar agua potable
y usarla para lavar frutas y verduras, mantener
limpios los baños. Aline siguió todos los
consejos pero Aristide se enfermó igual.
“Tratamos el agua en casa porque tenemos
dinero para comprar el producto requerido.
Pero los niños juegan en el lago, quizás tomaron
agua de ahí… y comparten la comida
que, si fue comprada en la calle, puede no
estar preparada higiénicamente,” cuenta Aline.
“Recogen fruta y la comen directamente;
hay muchas formas en las que mi hijo pudo
haberse enfermado.”
Afortunadamente Aline pudo buscar tratamiento
para Aristide en el centro de tratamiento
de cólera (CTC) de MSF en Minova, en
la provincia de Kivu Sur de Rep. Democrática
del Congo (RDC), donde vive.
El cólera es una infección bacteriana que se
transmite por contacto con fluidos corporales
o por consumir agua o comida contaminadas.
Aunque puede enfermarse cualquiera,
las personas más propensas son las más
pobres entre los pobres: aquellas que viven
en condiciones poco salubres, sin acceso a
agua segura. Puede causar diarrea severa y
vómitos y es rápidamente fatal si no se trata.
No obstante, el cólera es muy simple de tratar:
la mayoría de los pacientes responden
bien a las sales de rehidratación oral, que
son muy fáciles de administrar. En casos severos
se requieren fluidos intravenosos pero,
a la larga, nadie debería morir de cólera.
En 2017 RDC sufrió el peor brote de cólera en
20 años, con casos en 24 de sus 26 provincias,
casi 55.000 personas enfermas y más
de 1.000 fallecidas. A fines de año, MSF había
tratado la mitad de todos los casos, pero la
epidemia no estaba extinguida por completo.
El mismo año, Yemen registró un brote de
una escala sin precedentes. Comenzó en
abril y se expandió rápidamente, afectando
a cientos de miles de personas. En junio,
durante el pico de la epidemia, los equipos
de MSF admitieron a más de 11.000 pacientes
por semana en los CTCs. MSF trató más
son muy fáciles de administrar. En casos severos
se requieren fluidos intravenosos pero,
a la larga, nadie debería morir de cólera.
En 2017 RDC sufrió el peor brote de cólera en
20 años, con casos en 24 de sus 26 provincias,
casi 55.000 personas enfermas y más
de 1.000 fallecidas. A fines de año, MSF había
tratado la mitad de todos los casos, pero la
epidemia no estaba extinguida por completo.
El mismo año, Yemen registró un brote de
una escala sin precedentes. Comenzó en
abril y se expandió rápidamente, afectando
a cientos de miles de personas. En junio,
durante el pico de la epidemia, los equipos
de MSF admitieron a más de 11.000 pacientes
por semana en los CTCs. MSF trató más
de 100.000 personas en 37 centros y puntos
de rehidratación en todo 2017. Más de tres
años de guerra han tenido consecuencias en
la infraestructura del país. Desde agosto de
2016 la mayoría de los trabajadores de la salud
pública no reciben sus sueldos, y muchos
se vieron obligados a buscar otros trabajos.
El desempleo y la inflación provocaron que,
aunque todavía existieran algunas estructuras
de salud funcionales, las personas no
pudieran costear el transporte para alcanzarlas.
La epidemia de cólera llevó así al sistema
de salud, que se venía desmoronando, al
borde del colapso.
Mientras la guerra y el deteriorado sistema
de salud contribuyeron a la inmensidad del
brote en Yemen; la sequía, el conflicto, los
desplazamientos de población y la falta de
acceso a agua segura favorecieron la aparición
de otros brotes en RDC, Nigeria, Chad,
Kenia y Sudán del Sur.
En Borno, Nigeria, la superpoblación y las
malas condiciones de higiene de los campos
de desplazados crearon el entorno ideal para
el cólera. Los equipos de MSF respondieron
a brotes entre agosto y noviembre, aún frente
a la inseguridad reinante en la región, que
hace extremadamente difícil y compleja la
provisión de atención médica.
Durante el brote en Chad MSF trató 1.000
pacientes y distribuyó kits de higiene que incluían
sobres purificadores de agua, baldes,
jabón, mantas y mosquiteras. Se realizaron
actividades de concientización para explicar
la enfermedad y cómo prevenirla.
MSF trató por cólera a 143.100 personas en
13 países durante el 2017. En 2016 habíamos
tratado a 20.600.La respuesta pudo haber sido más efectiva
si nosotros, y otras organizaciones sanitarias,
hubiéramos podido responder más
rápido e implementar todo el conjunto de
herramientas que tenemos a nuestra disposición.
En países del Cuerno de África, la
falta de recursos necesarios -como hospitales
con suficiente personal, actividades
de promoción y sensibilización sobre salud
y agua potable- obstaculizó la respuesta.
En Yemen, debido a las condiciones de
seguridad y a las otras grandes intervenciones
que estábamos realizando, respondimos
al cólera especialmente en las
áreas donde ya teníamos proyectos, pero
las necesidades eran mucho más grandes.
Salvamos vidas y realizamos acciones para
que hubiese agua segura, pero las vacunas
-uno de los componentes principales para
una respuesta eficaz- no estuvieron disponibles
en las áreas más afectadas. Por
experiencia previa y evidencia científica,
sabemos que una estrategia de vacunación
oral de una dosis contra el cólera no
solo es segura y fácil de implementar, sino
que también puede prevenir o reducir la
transmisión de la enfermedad durante la
epidemia. Esta estrategia no se usó ni en
Yemen ni en muchos otros lugares que experimentaron
un brote.
Nuestro desafío es responder a futuras epidemias
a tiempo y en la escala necesaria,
con las mejores estrategias y herramientas
existentes. No deberíamos ver más muertes
por cólera: conocemos las medidas y
tenemos las herramientas y los medios para
prevenir y tratar esta enfermedad.
Comentarios
Publicar un comentario