Laneros uruguayos viajan a Malvinas. Van por lana,que no salgan trasquilados

 Una delegación de productores ovinos viajó a las Islas Malvinas para intercambiar experiencias con laneros del archipiélago. El viaje se da en momentos de tensión entre Argentina y Gran Bretaña y de disputa comercial de Uruguay con el gobierno K.




Desde hace semanas, Uruguay está en el medio de la polémica entre los gobiernos de Argentina y Gran Bretaña por la soberanía de las Islas Malvinas, que permanecen bajo dominio del Reino Unido desde 1833.
A eso se suma que el gobierno de José Mujica está negociando con su par argentino para que cese las medidas proteccionistas que complican el ingreso de productos uruguayos a Argentina.
Las trabas comerciales impuestas por el gobierno argentino han generado fuertes reclamos de empresarios uruguayos. En los próximos días, una delegación de funcionarios y jerarcas del gobierno uruguayo viajarán a Buenos Aires para seguir las negociaciones (ver aparte).
El martes, la presidenta argentina, Cristina Fernández, anunció que su país, a nombre de toda la región, denunciará a Gran Bretaña ante la ONU por la colonización y militarización desplegada en el Atlántico Sur.
"Malvinas pasó a transformarse en una causa de América Latina", aseguró la mandataria argentina.
El gobierno británico rechazó los dichos de Fernández. La semana pasada Gran Bretaña envió un buque de guerra a la zona, lo que complicó más la situación (ver página A2).
En ese contexto, el gobierno de Mujica, tras presiones de la administración Fernández, resolvió en diciembre de 2011 impedir el ingreso a puertos uruguayos de barcos con bandera de las Islas Malvinas.
Pocos días después, esa medida de apoyo al gobierno argentino se extendió a todos los países del Mercosur, según se resolvió en una cumbre del bloque regional que se celebró en Montevideo.
La decisión de Uruguay causó malestar entre los empresarios pesqueros, ya que muchos barcos -la mayoría de capitales españoles- utilizan la bandera de Islas Malvinas para pescar en la zona.
La polémica fue tal que, a mediados de diciembre, el canciller Luis Almagro mantuvo un contacto telefónico con su par británico, William Hague, quien le transmitió su molestia ante la decisión de prohibir el ingreso de barcos con bandera de Islas Malvinas a puertos uruguayos.