No, no puedo creer. Estos no son, se hacen.





Puente San Martín / Walter Preiss
La Comisión Administradora del río Uruguay, reconoció que una vez más se formaron largas colas de autos, de hasta 9 quilómetros de extensión, para pasar de una orilla a otra: las demoras alcanzaron hasta las dos horas en muchos casos.
Los observadores se equivocaron una vez más; cuando habían previsto que el recambio intermensual de la temporada había concluído en su mayor parte, un aluvión de automóviles de Argentina llegó al puente, colmando las instalaciones del Area de Control Integrado, e incluso desplegándose en áreas del obrador binacional que por medidas de emergencia, deben estar habitualmente despejadas.


Solución

La Gendarmería argentina accedió finalmente a ir liberando tandas de vehículos, salteando algunas de las inspecciones habituales.
Del lado uruguayo, se abrieron los carrilles disponibles, y se habilitaron otros “a contramano”, para dar una fluidez mayor al sentido sur. En el sentido opuesto solamente un carril habilitado fue suficiente para atender la demanda.
Los turistas consultados en el lugar, expresaron nuevamente su malestar, y la molestia de que aún cuando los años pasan las mismas viejas estructuras impiden una real integración del Mercosur, como tantas veces es anunciada.
La mayoría de los viajeros tenía por destino la faja atlántica nacional. En la jornada del jueves la situación ya se había normalizado




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