ENRIQUE ERRO



Por Hugo Bruschi
Jueves 6 jun 2013

Días atrás, el Pueblo uruguayo ha sido testigo de un sainete pobre. Una puesta en escena que hubiera exigido un tremendo esfuerzo, al mismo Discépolo para hacerla presentable.
Los más jóvenes, quienes no conocieron los pormenores  y los pormayores de aquellos acontecimientos, seguramente con razón, prescinden de los mismos. El país tiene otros problemas más acuciantes, temas mucho más candentes, que hacen al presente y futuro de estas juventudes sin porvenir, más allá de los discursos azucarados de nuestros gobernantes. Es por ello y por única vez, que me voy a permitir la Libertad de distraer por un instante, la atención de esos muchachos y muchachas uruguayos . Para hacerles conocer algunos hechos que no merecen la atención del OBSERVADOR  Cuando publican cartas de un Sr. llamado Amodio o de un Sr. que usa su nombre, para sembrar confusión entre la gente, vaya uno a saber con que intenciones.
En toda esta historia mal contada, nadie seguramente se preguntó porqué Amodio se prestó sin ningún prurito moral, a aceptar lo que los militares le escribieron y pusieron en su boca, sin haberse preguntado de donde procedía tanto odio hacia ENRIQUE ERRO. Si no lo sabía o no lo sabe, trataré de ayudarlo a formarse una idea.
Ya en sus años jóvenes como diputado del Partido Nacional y periodista, había alcanzado una bien ganada reputación de honradez y coherencia, entre lo que decía y hacía. Así fue, que una vez llegó al Puerto de Montevideo un cargamento destinado al ejército uruguayo, que despertó las sospechas del diputado. El supuesto envío de material bélico no era otra cosa que un simple contrabando de juguetes japoneses, destinados a la venta en los días anteriores al 6 de Enero. El diputado Erro hizo abrir el cargamento y el Ministro de Defensa que por entonces se llamaba Gaudín, lo retó a duelo para salvar el "honor" de sus muchachos. No hubieron heridos y el honor quedó a resguardo para satisfacción de los uniformados.
El tiempo pasó, y luego de casi 90 años de gobienos Colorados, triunfa el Partido Nacional y dentro de él el Herrerismo. La lista más votada dentro del lema es la 41, es decir la de Erro. Luego sería designado Ministro de Industrias.
Las azucareras con Rausa a la cabeza y los empresarios vinculados a los oleaginosos, acostumbraban como otros tantos, a comprar ministros. Esta vez comprobaron que estaban ante un INCORRUPTIBLE y muchos de ellos terminaron en la cárcel por intento de soborno. En otra oportunidad, los obreros de FUNSA que manifestaban en Pza. Independencia, fueron apaleados por la metropolitana. En la huida, ven abiertas las Puertas del Ministerio y buscan refugio. Llega Balestrino con sus hombres dispuestos a allanar el local, pero se encuentran con la presencia del ministro Erro en la Puerta. "aquí no hay delincuentes, aquí hay obreros que reclaman un salario justo y por tanto aquí no entran las fuerza represivas" Era evidente que un ministro de esta naturaleza, no duraría demasiado en su cargo.
El 8 de Enero del 60, es destituído y vuelve al Parlamento. Allí se van dando las condiciones para una alianza con el Partido Socialista, la Agrupación Nuevas Bases de Helios Sarthou y otros grupos independientes. Se funda la Union Popular 4190 y en el 62 alcanza 28.000 votos, que realmente no reflejaban las espectativas depositadas en la alianza.
A la próxima elección y ya disuelta la alianza con el PS, Erro pierde su banca al no contar con los votos suficientes y se gana la vida vendiendo libros. Nunca aceptó jubilarse por el 383. Llegan tiempos más difíciles y aquella agrupación de la calle Rondeau esq. Cerro Largo, fue sede de muchas reuniones del Comité de Familiares de Presos Políticos.
En una ocasión, el hijo de Erro cae herido y es detenido por pertenecer al MLN. Erro le dirige algunas acusaciones a Danilo Sena y éste se ve en la obligación también, de "salvar el honor" de sus muchachos. Erro sale ileso del duelo para alegría de todos. Lo que viene es conocido, llega la elección y Erro alcanza una banca en el Senado y 5 diputados.
Su denuncia constante, de malos tratos y torturas, de atropellos a los derechos ciudadanos en un país gobernado, casi exclusivamente como en un estado de excepción, lo hicieron blanco fácil de los que le guardaban un odio viejo, que venia de atrás.
Qué hubiera hecho Ud. Sr. Amodio si el gerente de Rausa le hubiera dejado un cheque en blanco Arriba del escritorio?
A juzgar por lo que hizo casi gratis, ya adivino la respuesta.
Qué hubiera hecho Ud. Sr. Amodio Cuando la metropolitana cargó contra los obreros de FUNSA ? Abrir o cerrar las Puertas ?
No sintió Ud. verguenza Cuando lo usaron para vincular a Erro al MLN y así poder pedir su desafuero? No sabía Ud. que estaba acusando una institución moral del país? No notó Ud. la diferencia entre Enrique Erro y sus detractores? No se enteró Ud. que gracias a la denuncia de Erro hecha en horas de la madrugada, se evitó la asonada que terminaría con muchas vidas en el penal de Punta Carretas donde estaban presos sus compañeros y otros tantos por luchar ?
Seguramente después se enteró Ud. que Erro estuvo preso en Argentina y sólo por casualidad salvó su vida, para luego viajar a Francia donde muere pobre y enfermo. Sólo con la ayuda de los compañeros.
Yo lo llamaría a la reflexión Sr. Amodio. Deje de escribir tantas cartas o permitir que alguien lo haga en su nombre. Ya está todo dicho y no es menester agregar nada.
Ud. era muy joven Amodio y a esa edad todos cometimos algún error de distínta índole. Ud. sospecho, se incorporó a la lucha armada, más por espíritu aventurero que por convicción. Ud. creyó que leyendo 3 libritos y portando un arma alcanzaba. Se equivocó Amodio, la estatura moral de un hombre no se mide por el calibre de un revólver. Y esa debilidad lo llevó a Ud. a cometer actos reñidos con las buenas costumbres, enemigos de la dignidad. Hay límites, también en la flaqueza, también Cuando estamos  extenuados de soportar apremios y torturas. Pero ese no fue su caso, aunque de haberlo sido, también hay barreras morales, más allá de las cúales la vida pierde sentido. Y creo que esa es su situación Sr. Amodio. Su vida está acabada, su conciencia ya no puede soportar tanta ignominia.
Su catadura moral Sr. Amodio, más allá de todos los versos que se puedan esgrimir, jamás le llegarían a los tobillos de Enrique Erro. Del hombre que Ud. se prestó a denunciar. Y quienes se hacen eco gustosos de lo que Ud. insinúa en sus cartas - si le sirve de consuelo - no son mejores que Ud. Ocupan el triste papel de portavoces de un Partido que no puede hablar porque es un Partido golpista. Ellos también lo están usando, ellos también sienten por Erro y por todos los que lucharon por una Sociedad más justa, el mismo odio de Ayer.
Yo le recomendaría pedir perdón Amodio, no por Erro, sino por Ud. mismo. ENRIQUE ERRO está más allá de tantas impurezas.

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