Global Post: “Ocho motivos por los cuales Uruguay no es todo eso que parece”

Los elogios de Vargas Llosa, del New York Times, de Monocle, de Mia Farrow, y el furor del almohadón de Pepe derrumbados por un joven periodista norteamericano que se vino a vivir a Uruguay


“Los medios han promocionado con optimismo al pequeño país que acaba de legalizar la marihuana. Perdón por apagar los ruidos pero...”, así comienza la crítica que Will Carless le dedica a Uruguay en su artículo publicado hoy por el Global Post, medio online de asuntos internacionales con base en Boston.
En la nota, el periodista que vive en Uruguay desde hace seis meses, detalla ocho motivos por los cuales entiende que Uruguay no es lo que parece, y argumenta uno por uno. Estos son: el clima, la basura, una ley de legalización de marihuana con un gran defecto, la comida, los precios, la burocracia, la tecnología regresiva y las escuelas.
“Es una época interesante para ser inmigrante en el pequeñito país latino de Uruguay”, dice Carlees, y agrega: “Con mi esposa hemos estado divirtiéndonos observando perplejos como esta nación tranquila de casi cuatro millones de personas se convirtió en la sensación del continente. Desde artículos en los principales diarios del mundo a perfiles del presidente que viste sandalias, José ‘Pepe’ Mujica, la atención del mundo se ha enfocado al país al que nos mudamos”, establece Carlees.

Y agrega: “Mucho de lo que se ha escrito es cierto. Este es un lugar bucólico en donde las vacas superan la cantidad de humanos y la gente es cálida, dulce y generosa. Recientemente el sol ha salido en este pequeño rincón de Sudamérica y hemos disfrutado de las playas al este de Montevideo, mientras que comíamos suntuosos pedazos de carne y disfrutamos copiosas copas de delicioso y barato Tannat local. Pero cuando BuzzFeed publicó las ‘21 razones por las cuales tenés que mudarte a Uruguay en 2014’, todo se fue demasiado lejos”.
Antes de comenzar con el conteo, Carlees, escribió: “El país está bueno, pero también tiene algunos puntos bajos significativos que han sido mencionados muy brevemente en el medio de todo el ruido reciente”. Y dice: “Aquí les presento algunas quejas y gemidos de alguien que ha pasado más que algunos días en Uruguay y que reconoce que la mayoría de ustedes debería de hecho pensar dos o tres veces antes de empacar y mudarse aquí”.
Y ahí comienza la enumeración:
El clima
El autor dice que cuando uno se imagina a Sudamérica, ve bikinis y caipirinhas, pero que Uruguay no es así. “Por lo menos no entre junio y noviembre. Piensa en algo triste, nublado, frío y húmedo. Además, hace realmente mucho frío aquí (…) Y luego tenés el verano. Uruguay ha estado ardiendo con temperaturas que llegaron a los 50ºC. Si te gustan los veranos calientes y sudorosos, entonces ven.

La basura

A Carless le llama la atención cómo en un país tan progesista, que legalizó el aborto, el matrimonio homosexual y la marihuana, “cuando llega el momento de mantener las cosas limpias, el país está parado algunas décadas atrás”. Dice que las playas están tapadas de basura en la mayor parte del año, “y estamos hablando de basura de verdad: refrigeradores, cajas de plástico para cargar pescado. Y en las calles es igual”, dice describiendo que la basura se acumula en casi todas las esquinas de Montevideo.

“Es un desorden, y este país que mira hacia adelante, debería hacer las cosas mucho mejor”, finaliza esa subsección.

La ley de la marihuana con un gran defecto
El autor subraya que si bien se legalizó el cultivo y la venta de marihuana, la mayoría de los uruguayos, 60% están en contra de la ley. Y señala que lo más sorprendente es que incluso aquellos activistas pro legalización están en contra, ejemplificando con Juan Vaz y Alicia Castilla, que fueron arrestados por posesión, “ellos dicen que odian la ley aprobada”.

Señala también que el registro de fumadores es un problema y que los activistas dicen que es una medida orwelliana.

La comida  
“Si te gusta el asado, estarás en el paraíso en Uruguay. Pero si te gusta un poco la variedad, cualquier variedad en los restaurantes, mala suerte”, señala. Dice el autor que es “asombrosa” la falta de inventiva con la comida en una ciudad de más de un millón de habitantes. “Cuando nos visitan amigos, estamos perdidos sobre dónde debemos llevarlos a cenar. E incluso cuando visitas la lujosa costa, la comida del mar uruguaya es una decepción. Visita una tienda de pescados y te ofrecerán camarones congelados o cocinados y salmón importado de Chile. Y es todo muy caro”, subraya Carless.

Los precios
“En Norteamérica y Europa muchos creen que Sudamérica es una colección de simbólicas repúblicas bananeras (…) donde la cerveza fría corre libremente y la vida es tranquila y barata. Por supuesto que no lo es, pero ningún lugar del continente está más lejos de este concepto de paraíso barato que Uruguay”, señala el autor.
Cuenta que un amigo de Montevideo le dijo que este es el lugar más caro del mundo y que debía traer todo consigo. “El costo de vivir aquí es mucho, mucho más alto de lo que esperas, especialmente si tienes el hábito de comprar algo de una calidad decente, o, horror de los horrores , importado”.

Y ejemplifica que en California él vendió una Subaru Outback por US$23,000 y que en Montevideo el mismo auto cuesta más de US$80,000. Que el carrito de su hija costó aproximadamente US$250 en San Diego, y que el mismo modelo en Montevideo cuesta US$800.

Nombra también los altos precios de la electricidad y de los alquileres.

La burocracia
“Hay largos procesos burocráticos aquí, para colocar el teléfono y para conseguir tu identificación civil. Para dejar el país, sea por un viaje como reportero a Brasil por 10 días o por un fin de semana en Buenos Aires, debo esperar horas en una oficina caótica y pagar 25 dólares de tasa para ir y volver del país (…) Ven aquí y prepárate para esperar horas y horas sentado en una silla incómoda, esperando que llamen tu número”, dice Carless.

La tecnología regresiva
El periodista destaca el Plan Ceibal, pero dice que en términos generales el país ha fallado en el aprovechamiento de la tecnología, particularmente internet. Nombra que el uso de internet es del 55%, que sigue el estándar normal según el Banco Mundial pero está muy por debajo de Estados Unidos al 81% y Reino Unido al 88%.

Además dice que muy pocas transacciones pueden hacerse online en Uruguay. “La idea de pagar en línea parece ser considerada rara y futurista para la mayoría de compañías y entes del gobierno. Por ejemplo, debes hacer la fila en una oficina por horas en un shopping o en un supermercado para pagar tus cuentas con efectivo”, dice el periodista.

Y se queja de que en Brasil se puede comprar en un carrito con tarjeta de crédito y que aquí la mayoría de restaurantes solo acepta efectivo.

Las escuelas
En esta sección cuenta cómo a Uruguay le fue mal en las pruebas PISA y que en Uruguay se debate sobre la “crisis en la educación”.

“Los padres con bajos ingresos tendrán que enfrentar los costos de enviar a sus hijos a escuelas privadas para poder evitar las escuelas públicas (…) Por lo que padres que piensen en venir aquí, empiecen a ahorrar para pagar costos serios de educación en el rango de varios miles de dólares el semestre".

Concluye
El autor establece que Uruguay es un lugar “fantástico” para visitar”. “Te van a encantar las playas vacías, tu garganta disfrutará de la mejor carne del mundo y beberás vino sabroso hasta que tus labios queden morados. Y conocerás una nación que empuja las barreras de las políticas progresistas, manteniendo un ego pequeño y una forma de ser tranquila y cálida. Pero, ¿sobre mudarte aquí? Debes buscar más allá de las sandalias del presidente Mujica y de las difundidas fotos de hermosos jóvenes sonrientes y drogados para encontrar una realidad que es menos caricaturesca".

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