Última actualización en 13 Junio 2014 / BRECHA DIGITAL
Escrito por: Rosalba Oxandabarat

En Eurochannel
Camus en televisión

De vez en cuando la televisión propina esos regalos. En estos días, en Eurochannel, pasan en distintos días y horarios –eso que uno siempre reprueba, la repetición, a veces se convierte en una ventaja– una película sobre Albert Camus, cuyo centenario se cumplió en noviembre del año pasado. Dirigida y colibretada por Laurent Jaoui –hermano de la muy apreciable realizadora Agnés Jaoui–, esta producción francesa de 2010 se centra en los últimos diez años de la vida del escritor, encarnado por un convincente Stéphane Freiss, mezclando con habilidad trazos de su vida pública como escritor, hombre de teatro y opinador político con los de su intimidad.

Así la pantalla muestra a un hombre a la vez resistente y frágil; el mismo que es capaz, en la propia Argel, de hacer un discurso apelando al encuentro y la convivencia entre árabes y pied noirs –lo que enojó hasta la revuelta a árabes y pied noirs–, pidiendo que cesaran las torturas francesas y el terrorismo argelino, pasa basculando entre su lealtad a su delicada y depresiva esposa Francine (también notable Anouk Grinberg) y su irreprimible atracción hacia otras mujeres, entre las cuales la gran María Casares es apuntada como la preferida, aunque no la única.{restrict}
Es verdad que un telefilme siempre será insuficiente para acercarse a Camus, un escritor enorme, premio Nobel a los 44 años, un pensador –no reconocido como filósofo por los académicos: “Digamos que fue un espontáneo que saltó al ruedo de la filosofía sin llevar nada más que su hambre vital de voyou argelino y la vergüenza torera de no aceptar una existencia irreflexiva”, lo describió Fernando Savater–, un combatiente por sus ideas, aunque había manifestado: “No estoy hecho para la política porque soy incapaz de desear o aceptar la muerte del adversario”. De alguna manera, un extranjero –como el título de su libro más popular–, que vivió, publicó, peleó y se peleó en Francia pero volvía siempre a la luz mediterránea de su infancia en Argelia.
Pero Laurent Jaoui realiza una interesante síntesis-presentación de su vida, incluyendo aspectos concretos y conocidos y dando cuenta, a través de raccontos y diálogos, de asuntos interiores, desde pensamientos hasta recuerdos. Está la famosa pelea con Jean-Paul Sartre, cuando en Les Temps Modernes, la revista fundada y dirigida por el pope del existencialismo, apareció –en 1952– una crítica demoledora a El hombre rebelde, de Camus. Éste le escribió a Sartre una carta de protesta, y Sartre lo acusó de “burgués”. Al mismo hombre que escribía en Combat durante la resistencia, que había ingresado en los peores años al Partido Comunista francés y que lo había dejado por rechazo al estalinismo, abandono que los “compañeros de ruta” no pudieron perdonar. En el telefilme, cuando su esposa Francine muestra su aflicción por la reacción de Sartre, Camus dice: “¿Tendré que golpearlo? No, no está bien. Es demasiado pequeño”.
Otro apunte también aquí recogido da cuenta, brevemente, del pensamiento de Camus. Cuando es increpado por un militante por su condena a los actos terroristas de los luchadores argelinos (la madre del escritor, la española Catalina Sintes, no quería abandonar Argel pese a los atentados y luchas callejeras –parece que cuando visitó Francia dijo: “Es muy bonito, pero, ¿dónde están los árabes?”–), Camus contestó: “Entre la justicia y mi madre, elijo a mi madre”.
Como se ha dicho, Camus –que murió en un accidente en el auto conducido por su amigo Michel Gallimard, el 4 de enero de 1960, a los 47 años: no le estuvo permitido vivir “la década prodigiosa”– supera largamente los alcances de una película. Pero buena cosa es aunque sea este acercamiento a este escritor, tan discutido en su tiempo, que se agiganta según pasan los años.

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