APOCALIPSIS.


El amor que nace y muere como un poema
que renace y fallece como una musa
que surge y se asfixia como un verso
convirtiéndose en dolor que nos extermina
rompiendo bruscamente con la rutina
introduciéndose en un callejón sin salida
buscando en el cielo la respuesta para esta loca mentira


Amor rojo como una copa de vino
ángeles en la tierra, inmigrantes arremetidos
discriminación a este juego que domina
siendo cruelmente perseguidos.
Y si la vida se asocia con el reloj
por órdenes del gobernante semidiós.
Entonces déjeme en la próxima estación
que sean un cuarto para las seis,
rompiendo por un instante el trato,
que el tiempo y el espacio no sean mi hoy.
Si existe policía o la CIA pues …
que vigile las fronteras del cielo…
pues los ángeles se escapan causando asesinatos
razón, locura, mentira y verdad,
son los ingredientes de este veneno mortal
no encuentro el antídoto que logre calmar
los síntomas fatales que en mí han logrado despertar.
y pensar que sólo en mí está
retomar el camino hacia la honestidad,
por un segundo no pensar más
quiero que el corazón deje de palpitar.
Soñar en una oportunidad, recorrer curvas del cielo
sin tener señales como un misterio
Vasos de agua que se confunden con las lágrimas
copas de vino que pasan desapercibidas
fingiendo ser sangre derramada
lenguas de fuego que queman por dentro
y montañas de arena que nos hunden sin remordimiento.
Aunque todo esto, parezca un laberinto
del cual conozco la entrada pero no la salida
solo espero que exista un verdadero ángel de la guarda
que no me desampare en la partida y venida
para comprender lo que me depara la vida.
Y me pregunto ¿de qué vale la pena rezar?
Si tus oídos, semidiós, no me pueden escuchar
pues tú te has vuelto algo material
y aunque pueda hacerlo, no te quiero tocar.
Porque no hay nada que perdonar
Yo no soy un humano con protección celestial
¡Soy simplemente un número de inmigrante ilegal!

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