CARTA ABIERTA SOBRE LA ESTAFA DE LAS AFAPS

Bajo este título María Rodríguez envió una misiva a CX36 Radio Centenario, que fue leída al aire y que compartimos a continuación. Volvemos a traerla porque la autora de la misma estará el lunes 7 de setiembre a las 10:15 horas compartiendo ‘Mañanas de Radio’ para profundizar con la audiencia de la Centenario sobre las denuncias aquí planteadas.
“CARTA ABIERTA SOBRE LA ESTAFA DE LAS AFAPS
A todos: los políticos, los sindicatos, los trabajadores y sobretodo a los que como yo, estamos próximos a jubilarnos y descubrir la gran estafa que nos obligaron a aceptar.-
Acabo de cumplir 56 años de edad, voy a cumplir 36 años de trabajo ininterrumpidos en el BPS, tengo cinco años trabajados en Industria y Comercio, comencé a trabajar a los 15 años, antes de entrar al BPS (antes Asignaciones Familiares). O sea que en este año cumplo 41 años de trabajo ininterrumpido, con aportes durante todo ese período. Mientras trabajaba, estudiaba, y cursé hasta 6to año de liceo.
Por si fuera poco, tengo cuatro hijos, criados y educados de manera tal que no sean protagonistas lamentables en los noticieros, mientras cumplía indefectiblemente con mi trabajo. Tengo una foja de servicio intachable, nunca he tenido suspensiones, ni licencias médicas prolongadas (salvo las cuatro licencias por maternidad). Aclaro que con esto no critico a los trabajadores que sí han tenido que usufructuar licencias médicas involuntarias, sólo estoy describiendo mi situación laboral personal para que se entienda a que grado de desencanto e impotencia he llegado.
Trabajo en la Tesorería de Atyr, dentro del BPS, por lo que además del sueldo de administrativa I (cargo al cual ascendí por ascenso) cobro compensaciones por manejo de dinero.
¿Por qué toda esta introducción?
Porque naturalmente, como la mayoría de los trabajadores de mi edad, estoy deseando retirarme de la actividad laboral para gozar de un merecido descanso y poder dedicar mi tiempo libre, ¡por fin!, a un montón de intereses que he pospuesto, como todos, por tener tantas horas y toda una vida Dedicadas al trabajo.
Comencé por comunicarme con mi AFAP (República AFAP), a mi ejecutiva personal, para que me hiciera un cálculo, en el simulador, sobre cuánto me correspondería de jubilación si tuviera ya los 60 años. Muy amablemente me atendió, tenía todos mis datos actualizados, y no pudo acceder a mi solicitud, porque, según ella, el simulador no funcionaba, que cuando se habilitara me llamaría por teléfono. De eso, hace varios días y aún no me han comunicado nada.
Fui a hablar con un compañero del BPS que maneja el mismo simulador que las AFAP y me dijo, no sin sentirse incómodo, que si me jubilara hoy por tener la edad, me pagaría el BPS $17.100 y las AFAP, (como máximo) $9.000.
Todavía no puedo creer la información obtenida. Miro mi recibo de sueldo, con un nominal que me permitiría holgadamente llegar al tope jubilatorio y no entiendo por qué yo, con el mismo sueldo, los mismos años o más que otro compañero que no estuvo obligado a afiliarse a las AFAP, si nos jubiláramos al mismo tiempo, ese otro compañero se jubila con el tope y yo con escasos $26.000, o sea, $12.000 menos que el tope. ¿Por qué? ¿Por qué soy castigado, como a los demás que estamos dentro del régimen, si no tuve la opción, fui OBLIGADA a afiliarme por ser menor de 40 años en el año 1996?
Sin entrar a considerar la injusticia de que las pasividades tengan un tope injusto, ya que si van a estar topeadas, lo correcto sería que todo ingreso que sobrepasa del tope, no tendría que llevar descuento jubilatorio. Pero, en nombre de la solidaridad intergeneracional, puedo llegar a comprender el motivo de los topes, pero la pasividad que surge por estar afiliado a una AFAP, eso, no tiene explicación lógica posible, más que es un robo descarado a los trabajadores.
Soy de las primeras generaciones que se van a jubilar por ese régimen, todavía no hay experiencias al respecto, pero ya veo lo catastrófico y frustrante que es este sistema. Utilizan propaganda engañosa, prometiendo villas y castillas y la realidad es que a mí como trabajadora me van a estafar. No soy considerada con iguales derechos que otros, que lo únicos que los diferencia de mí, es que tuvieron la suerte de tener más de 40 años cuando nos impusieron este sistema perverso y contrario a todos los principios de la Seguridad Social, que tanto aplicamos, estudiamos y profundizamos a lo largo de la carrera en el Organismo ejecutor de esos principios. ¿No es una cruel contradicción?
No me conformo con esta realidad. Tampoco tengo muchas esperanzas de poder cambiarme antes de que cumpla 60 años, porque el proyecto que está a estudio comprende las personas que tienen entre 40 y 50 años. ¿Qué pasa con toda esta generación que parece que está pagando los platos rotos de todas las fiestas?
¿Es que no tengo derecho a jubilarme cuando llegue a la edad requerida, porque me condenan a un ingreso muy por debajo de lo que merezco y generé?
¿Qué pasaría si todos los que estamos en mi situación, comenzaran a enterarse de esta cruel estafa? ¿No generaría alarma pública? Si, creo que si, y eso es lo que hay que hacer, porque esto es otro de los rostros de la IMPUNIDAD, que parece ser la ley que rige nuestras vidas.
¿Así pensamos transmitir valores, generar hábitos de trabajo, combatir la evasión? ¿No hubiera ganado plata, si no hubiera aportado todos estos años, si me dejaran mis ahorros para que yo los administre? ¿De qué valen todos mis aportes, todos mis años de trabajo, los hijos que le di a mi país responsablemente? ¿Merezco que me estafen descaradamente e impunemente? Sobretodo cuando yo NO QUERÍA AFILIARME A LAS AFPAS, he sido militante sindical toda mi vida y siempre estuve en contra, adhiriéndome a una de las reivindicaciones históricas de mi sindicato. ¿Puede medirse la impotencia que siento? Y hablo en forma personal porque estoy aportando datos muy personales, no estoy mintiendo, no estoy teorizando, pero lo mismo que me ocurre a mí, le ocurre a miles de trabajadores que están en mi misma situación. ¿Hasta cuándo van a callar esta estafa?
Las AFAP no pueden decirme en la cara, que con el sueldo nominal por el que aporto, teniendo años de trabajo que me sobran, y que voy a tener cuatro años más de aporte, que sólo voy a llegar con suerte a $9.000 de jubilación. No lo pueden decir porque queda a la vista la GRAN ESTAFA DE LAS AFAPS.
Esto lo escribe alguien, además que sufre, como otros, funcionarios públicos en su mayoría, el peso de los los aportes por el IRPF Y FONASA. Todo bien con la solidaridad, pero ¿dónde está la justicia, después de tanto esfuerzo y trabajo, de no contar siquiera con un ingreso mínimo que merezco sin duda, fruto de mis aportes? Y a pesar de que estoy relatando mi caso para que sirva de ejemplo para otros miles que les va a pasar lo que a mí, no me olvido que a pesar de todo, sigo siendo una privilegiada. No quiero ni saber, que jubilación tendrán todos aquellos que no llegan a ganar ni cuarta canasta familiar. Porque por más que se diga, y es cierto, de que aumentaron los montos de las pasividades, son aún muy por debajo de lo necesario al igual que la inmensa mayoría de los salarios de este país. Pero, como yo he luchado y lucho toda mi vida por los derechos de todos, militando en diferentes organizaciones sociales, no me da vergüenza ni reparo en reclamar hoy, lo que legítimamente me corresponde.
María Irma Rodríguez Loureiro
Funcionaria N° 5127
C.1.1.490292-3”

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