El mundo reclama cambio de paradigma: Hacia el desarrollo empoderado/ Revista Humanum

 Temas: Alfredo Sfeir, Desarrollo, Empoderamiento, sostenibilidad      Otra propuesta para el triángulo la sostenibilidad

Ya en los años ochenta propuse un cambio en el triángulo de la sostenibilidad, ya que no correspondía a la integridad del concepto que deberíamos adoptar.  Y fue en ese entonces cuando hice una crítica profunda desde un punto de vista institucional, así como desde un punto de vista espiritual.

Influenciado por La Ciencia Védica de la India, reformulé estos triángulos, y presenté una alternativa a dicho triángulo durante El Décimo Congreso Mundial Forestal, Paris, 1991. Para este modelo,  incluyo los siguientes componentes: capital humano (rishi), capital natura (chandas) y capital institucional (devata).  Después de muchos años de haber anunciado este nuevo triángulo de la sostenibilidad, siento que aún es importantísimo considerarlo seriamente.

Nuevo triangulo de la sostenibilidad

Fue en  esa época que apareció también la definición de Gro Brundtland, ex Primer Ministro de Noruega, anunciada en su libro Nuestro Futuro Colectivo (Our Common Future), 1987. Ella definió al desarrollo sostenible “como aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones”.  Dos elementos muy importantes se desprenden de tal definición: (a) el sentido inter temporal de la definición (el sentido intergeneracional de la definición) y (b) el concepto de necesidades (qué constituye una necesidad).

En la misma época, me tocó dirigir una investigación (la cual incluía 2.200 proyectos terminados) que logró otra definición de sostenibilidad.  Fue una definición empírica, como resultado de experiencias de desarrollo.  La definición dice que para alcanzar una sociedad sostenible se debe alcanzar un balance, un equilibrio, entre todas las formas de capital que participan en el desarrollo económico y social de una nación, o del mundo entero.

Esta definición implica cuestionamientos puntuales en la teoría del capital respecto al crecimiento: cuán rápido acumulamos capital; el desarrollo económico: quién se beneficia con el proceso de acumulación; y el desarrollo sostenible: alcanzar un equilibrio entre todas las formas de capital que están siendo acumuladas.
El mundo reclama cambio de paradigma: Hacia el desarrollo empoderado
Temas: Alfredo Sfeir, Desarrollo, Empoderamiento, sostenibilidad
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3.        Otra propuesta para el triángulo la sostenibilidad

Ya en los años ochenta propuse un cambio en el triángulo de la sostenibilidad, ya que no correspondía a la integridad del concepto que deberíamos adoptar.  Y fue en ese entonces cuando hice una crítica profunda desde un punto de vista institucional, así como desde un punto de vista espiritual.

Influenciado por La Ciencia Védica de la India, reformulé estos triángulos, y presenté una alternativa a dicho triángulo durante El Décimo Congreso Mundial Forestal, Paris, 1991. Para este modelo,  incluyo los siguientes componentes: capital humano (rishi), capital natura (chandas) y capital institucional (devata).  Después de muchos años de haber anunciado este nuevo triángulo de la sostenibilidad, siento que aún es importantísimo considerarlo seriamente.

Nuevo triangulo de la sostenibilidad

Fue en  esa época que apareció también la definición de Gro Brundtland, ex Primer Ministro de Noruega, anunciada en su libro Nuestro Futuro Colectivo (Our Common Future), 1987. Ella definió al desarrollo sostenible “como aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones”.  Dos elementos muy importantes se desprenden de tal definición: (a) el sentido inter temporal de la definición (el sentido intergeneracional de la definición) y (b) el concepto de necesidades (qué constituye una necesidad).

En la misma época, me tocó dirigir una investigación (la cual incluía 2.200 proyectos terminados) que logró otra definición de sostenibilidad.  Fue una definición empírica, como resultado de experiencias de desarrollo.  La definición dice que para alcanzar una sociedad sostenible se debe alcanzar un balance, un equilibrio, entre todas las formas de capital que participan en el desarrollo económico y social de una nación, o del mundo entero.

Esta definición implica cuestionamientos puntuales en la teoría del capital respecto al crecimiento: cuán rápido acumulamos capital; el desarrollo económico: quién se beneficia con el proceso de acumulación; y el desarrollo sostenible: alcanzar un equilibrio entre todas las formas de capital que están siendo acumuladas.

Quiero recalcar que el desarrollo no termina con la sostenibilidad.  Es por eso que se debe proponer un gran cambio de perspectiva, una nueva transformación. A la cual llamo el desarrollo empoderado.  Después de muchos años de trabajo en este tema, hice un planteamiento en la campaña presidencial del año pasado (2013), siendo candidato en Chile: propuse un cambio desde el sistema neoliberal existente hacia un modelo de desarrollo sostenible con una ciudadanía empoderada.

El empoderamiento ciudadano es una condición necesaria para el alcance de la sostenibilidad.  Este es el próximo paso para el debate sobre la sostenibilidad.  Debemos cambiar el modelo asimétrico existente y abordar los desequilibrios que dominan la política económica y los programas de desarrollo. Asimetría que se manifiesta en todos los ámbitos: asimetría institucional; asimetría de la información; asimetría en la distribución de beneficios; asimetría en las responsabilidades de  las corporaciones, el estado, la sociedad civil, la comunidad internacional; asimetría que se presenta también en la planificación, en los objetivos del desarrollo y en los valores del desarrollo; asimetría en la participación ciudadana; y asimetría en los derechos y obligaciones.



4.    Conclusión

En el camino hacia la sostenibilidad del desarrollo, tenemos dos conflictos importantes que demandan un cambio en el modelo económico y social existente: uno es la miopía de los mercados y su falta de mecanismos de auto corrección. Otro, es la necesidad de abordar las asimetrías que este modelo no corrige.   Hoy, la globalización es un acelerador de estos  procesos asimétricos y de las falacias con que actúa el sistema.  Como resultado, tenemos una mala distribución de la riqueza, concentración económica en pocas manos y una destrucción medioambiental nunca antes vista.

La justificación para proponer un nuevo modelo, un camino alternativo al neoliberalismo, tiene que ver con la importancia de los verdaderos objetivos del desarrollo, los valores con los cuales satisfacemos estos objetivos, y las orientaciones que tomamos para satisfacerlos.  Como decía alguien, no vale la pena seguir tapándole los hoyos a la manguera.  ¡Hay que cambiar de manguera!

Quizás uno de los debates más importantes que se debe dar para entrar en una transición hacia otro sistema económico, es el papel del sector privado.  La respuesta no es un socialismo tradicional, a la antigua.  El sector privado tiene que entender que su futuro depende de la contribución que haga al bienestar colectivo. Mientras menos interés y compromiso tenga el sector privado sobre el futuro del bienestar colectivo, menos mercado veremos.

Si se continúa forzando la preeminencia de este mercado, tendremos como resultado más inequidad y menos sostenibilidad.  Mientras menos hegemonía del sector privado, habrá más fuerzas para intervenir el mercado.  Para ello se requiere de mayor presencia del Estado, más fiscalización, más leyes y reglamentos, en fin, una nueva forma de socialismo.  Un socialismo que subyuga el mercado y tiene como objetivo principal una sociedad sostenible.

No es un socialismo en que prime lo económico en su sentido estricto, como lo ha sido en el pasado.  No es un socialismo con un Estado elefantiásico.  Es un socialismo de la participación y la cooperación.  Un socialismo que no es antropocéntrico, sino que se centra en los derechos de todas las formas de vida que existen en el planeta.  No un socialismo del Estado, sino el socialismo ciudadano de empoderamiento y participación permanente.  Un socialismo en que la espiritualidad y la política sean el vehículo para expandir la consciencia individual y colectiva.  Un socialismo y no un colectivismo, en que hay total paridad y sinergia entre los poderes del Estado y los de la ciudadanía.

No un socialismo monolítico, sino diverso e incluyente.  Un socialismo que no solamente otorga derechos a los seres humanos, sino también a nuestros animales y a todos los elementos de la tierra.  Un socialismo global, sin déficits democráticos, en que la globalización nos sirve a nosotros y no que nosotros seamos esclavos de la globalización.  Un nuevo modelo que demanda cambios profundos  en la institucionalidad nacional como internacional.



* Economista, líder de opinión y espiritual, Ex-candidato a Presidente de Chile. Estudió economía en la Universidad de Chile, con maestrías y doctorados de la Universidad de Rhode Island y de Wisconsin. También se graduó en la Universidad de Harvard como MBA para Ejecutivos. Ocupó varios cargos en el Banco Mundial, donde  fue considerado el primer economista ambiental. Es el fundador y actual presidente del Instituto Zambuling Para La Transformación Humana (IZTH)
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Quiero recalcar que el desarrollo no termina con la sostenibilidad.  Es por eso que se debe proponer un gran cambio de perspectiva, una nueva transformación. A la cual llamo el desarrollo empoderado.  Después de muchos años de trabajo en este tema, hice un planteamiento en la campaña presidencial del año pasado (2013), siendo candidato en Chile: propuse un cambio desde el sistema neoliberal existente hacia un modelo de desarrollo sostenible con una ciudadanía empoderada.


El mundo reclama cambio de paradigma: Hacia el desarrollo empoderado

3.        Otra propuesta para el triángulo la sostenibilidad
Ya en los años ochenta propuse un cambio en el triángulo de la sostenibilidad, ya que no correspondía a la integridad del concepto que deberíamos adoptar.  Y fue en ese entonces cuando hice una crítica profunda desde un punto de vista institucional, así como desde un punto de vista espiritual.
Influenciado por La Ciencia Védica de la India, reformulé estos triángulos, y presenté una alternativa a dicho triángulo durante El Décimo Congreso Mundial Forestal, Paris, 1991. Para este modelo,  incluyo los siguientes componentes: capital humano (rishi), capital natura (chandas) y capital institucional (devata).  Después de muchos años de haber anunciado este nuevo triángulo de la sostenibilidad, siento que aún es importantísimo considerarlo seriamente.
Nuevo triangulo de la sostenibilidad
Fue en  esa época que apareció también la definición de Gro Brundtland, ex Primer Ministro de Noruega, anunciada en su libro Nuestro Futuro Colectivo (Our Common Future), 1987. Ella definió al desarrollo sostenible “como aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones”.  Dos elementos muy importantes se desprenden de tal definición: (a) el sentido inter temporal de la definición (el sentido intergeneracional de la definición) y (b) el concepto de necesidades (qué constituye una necesidad). 
En la misma época, me tocó dirigir una investigación (la cual incluía 2.200 proyectos terminados) que logró otra definición de sostenibilidad.  Fue una definición empírica, como resultado de experiencias de desarrollo.  La definición dice que para alcanzar una sociedad sostenible se debe alcanzar un balance, un equilibrio, entre todas las formas de capital que participan en el desarrollo económico y social de una nación, o del mundo entero. 
Esta definición implica cuestionamientos puntuales en la teoría del capital respecto al crecimiento: cuán rápido acumulamos capital; el desarrollo económico: quién se beneficia con el proceso de acumulación; y el desarrollo sostenible: alcanzar un equilibrio entre todas las formas de capital que están siendo acumuladas.
Quiero recalcar que el desarrollo no termina con la sostenibilidad.  Es por eso que se debe proponer un gran cambio de perspectiva, una nueva transformación. A la cual llamo el desarrollo empoderado.  Después de muchos años de trabajo en este tema, hice un planteamiento en la campaña presidencial del año pasado (2013), siendo candidato en Chile: propuse un cambio desde el sistema neoliberal existente hacia un modelo de desarrollo sostenible con una ciudadanía empoderada.
El empoderamiento ciudadano es una condición necesaria para el alcance de la sostenibilidad.  Este es el próximo paso para el debate sobre la sostenibilidad.  Debemos cambiar el modelo asimétrico existente y abordar los desequilibrios que dominan la política económica y los programas de desarrollo. Asimetría que se manifiesta en todos los ámbitos: asimetría institucional; asimetría de la información; asimetría en la distribución de beneficios; asimetría en las responsabilidades de  las corporaciones, el estado, la sociedad civil, la comunidad internacional; asimetría que se presenta también en la planificación, en los objetivos del desarrollo y en los valores del desarrollo; asimetría en la participación ciudadana; y asimetría en los derechos y obligaciones.

4.    Conclusión
En el camino hacia la sostenibilidad del desarrollo, tenemos dos conflictos importantes que demandan un cambio en el modelo económico y social existente: uno es la miopía de los mercados y su falta de mecanismos de auto corrección. Otro, es la necesidad de abordar las asimetrías que este modelo no corrige.   Hoy, la globalización es un acelerador de estos  procesos asimétricos y de las falacias con que actúa el sistema.  Como resultado, tenemos una mala distribución de la riqueza, concentración económica en pocas manos y una destrucción medioambiental nunca antes vista.
La justificación para proponer un nuevo modelo, un camino alternativo al neoliberalismo, tiene que ver con la importancia de los verdaderos objetivos del desarrollo, los valores con los cuales satisfacemos estos objetivos, y las orientaciones que tomamos para satisfacerlosComo decía alguien, no vale la pena seguir tapándole los hoyos a la manguera.  ¡Hay que cambiar de manguera!
Quizás uno de los debates más importantes que se debe dar para entrar en una transición hacia otro sistema económico, es el papel del sector privado.  La respuesta no es un socialismo tradicional, a la antigua.  El sector privado tiene que entender que su futuro depende de la contribución que haga al bienestar colectivo. Mientras menos interés y compromiso tenga el sector privado sobre el futuro del bienestar colectivo, menos mercado veremos.
Si se continúa forzando la preeminencia de este mercado, tendremos como resultado más inequidad y menos sostenibilidad.  Mientras menos hegemonía del sector privado, habrá más fuerzas para intervenir el mercado.  Para ello se requiere de mayor presencia del Estado, más fiscalización, más leyes y reglamentos, en fin, una nueva forma de socialismo.  Un socialismo que subyuga el mercado y tiene como objetivo principal una sociedad sostenible.
No es un socialismo en que prime lo económico en su sentido estricto, como lo ha sido en el pasado.  No es un socialismo con un Estado elefantiásico.  Es un socialismo de la participación y la cooperación.  Un socialismo que no es antropocéntrico, sino que se centra en los derechos de todas las formas de vida que existen en el planeta.  No un socialismo del Estado, sino el socialismo ciudadano de empoderamiento y participación permanente.  Un socialismo en que la espiritualidad y la política sean el vehículo para expandir la consciencia individual y colectiva.  Un socialismo y no un colectivismo, en que hay total paridad y sinergia entre los poderes del Estado y los de la ciudadanía.
No un socialismo monolítico, sino diverso e incluyente.  Un socialismo que no solamente otorga derechos a los seres humanos, sino también a nuestros animales y a todos los elementos de la tierra.  Un socialismo global, sin déficits democráticos, en que la globalización nos sirve a nosotros y no que nosotros seamos esclavos de la globalización.  Un nuevo modelo que demanda cambios profundos  en la institucionalidad nacional como internacional.

* Economista, líder de opinión y espiritual, Ex-candidato a Presidente de Chile. Estudió economía en la Universidad de Chile, con maestrías y doctorados de la Universidad de Rhode Island y de Wisconsin. También se graduó en la Universidad de Harvard como MBA para Ejecutivos. Ocupó varios cargos en el Banco Mundial, donde  fue considerado el primer economista ambiental. Es el fundador y actual presidente del Instituto Zambuling Para La Transformación Humana (IZTH)
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