ENTRE EL INFIERNO Y TÚ / Por Oscar Bazzardi


ENTRE EL INFIERNO Y TÚ

De niño me sentaba en ese ángulo;
Ese que está allí, en donde está la sombra,
Allí donde siempre buscaba…mi luz, mi día.
En la pared pinchaba y colgaba mis sueños desbocados.

Por la ventana de ojos asombrados, míos hacían…
Cada color que mis auroras futuras, contendrían
Y los guardaba, uno a uno, y los escondía,
En cada herida de la tierra y sus guaridas…

Pero crecí y me fui perdiendo en causas perdidas
En cada grieta de la historia, de la tierra injusta.
Me fui diluyendo en la sombría lluvia, en sol candente;
Como quien busca y no encuentra, figuras adherentes.

Buscando una verdad puta y casquivana;
Que velase mis ojos de luz divina.
Pero,encontré la hermosura de ser diverso;
Diverso con el mundo, el universo.

Mundo que no soporta la luz serena
Los otoños desbordados, la inversa primavera.
Las fugitivas nubes, que su propia figura crea,
Sin pedir permiso, de eterno movimiento, rea.

Nunca soporte amistades de gestos y de sillón,
Ni reuniones de placeres prohibidos, debajo del pantalón
Condiciones impuestas por la cola de un mundo fantasma,
De humos negros, felicidad oculta y pulmones con asma.

Mundo escupiendo mentiras y palabras, eso sí con cubitos de hielo.
Donde solo son compatibles en el salón del inframundo, del celo.
Donde he visto, con mirada de no ver, como se pudre un santo,
Como muere la sonrisa, en manos de la ira, y sin el menor espanto.

Gracias, gracias a ti, mi amor, profundo rescate, del mundo podrido.
Gracias a ti, a tu encuentro, reniego hasta del eco, de la antigua persona;
Miro hacia arriba y veo constelaciones de deseos limpios, eres mi amazona.
Eres el sol, mi diosa, mi noche rumorosa, mi mar, mi remanso, mi lugar escogido.

Eres bosque de pinos, eres el hálito de los dioses paganos,
Eres el mar suave y sus olas de blancas caricias, gitanos.
El remanso del alma , son tus ojos color miel, morena.
Si hasta alejarme un centímetro de tu piel me da pena.

Cada noche es hoy eterna, como la brisa de la mañana,
Cada noche soy,… erguido…vigilante, tu cuna.
Cada noche eres mi inmenso abrazo, de pasión ardiente,
Cada noche eres, el sol puro, el abrazo silente, mi cura en mente.

De niño me sentaba en ese ángulo;
Ese que está allí, en donde está la sombra,
Allí donde siempre buscaba…mi luz, mi día.
En la pared pinchaba y colgaba mis sueños desbocados.

Por la ventana de ojos asombrados, míos hacían…
Cada color que mis auroras futuras, contendrían
Y los guardaba, uno a uno, y los escondía,
En cada herida de la tierra y sus guaridas…
Pero crecí y me fui perdiendo en causas perdidas
En cada grieta de la historia, de la tierra injusta.
Me fui diluyendo en la sombría lluvia, en sol candente;
Como quien busca y no encuentra, figuras adherentes.
Buscando una verdad puta y casquivana;
Que velase mis ojos de luz divina.
Pero,encontré la hermosura de ser diverso;
Diverso con el mundo, el universo.
Mundo que no soporta la luz serena
Los otoños desbordados, la inversa primavera.
Las fugitivas nubes, que su propia figura crea,
Sin pedir permiso, de eterno movimiento, rea.
Nunca soporte amistades de gestos y de sillón,
Ni reuniones de placeres prohibidos, debajo del pantalón
Condiciones impuestas por la cola de un mundo fantasma,
De humos negros, felicidad oculta y pulmones con asma.
Mundo escupiendo mentiras y palabras, eso sí con cubitos de hielo.
Donde solo son compatibles en el salón del inframundo, del celo.
Donde he visto, con mirada de no ver, como se pudre un santo,
Como muere la sonrisa, en manos de la ira, y sin el menor espanto.
Gracias, gracias a ti, mi amor, profundo rescate, del mundo podrido.
Gracias a ti, a tu encuentro, reniego hasta del eco, de la antigua persona;
Miro hacia arriba y veo constelaciones de deseos limpios, eres mi amazona.
Eres el sol, mi diosa, mi noche rumorosa, mi mar, mi remanso, mi lugar escogido.
Eres bosque de pinos, eres el hálito de los dioses paganos,
Eres el mar suave y sus olas de blancas caricias, gitanos.
El remanso del alma , son tus ojos color miel, morena.
Si hasta alejarme un centímetro de tu piel me da pena.
Cada noche es hoy eterna, como la brisa de la mañana,
Cada noche soy,… erguido…vigilante, tu cuna.
Cada noche eres mi inmenso abrazo, de pasión ardiente,
Cada noche eres, el sol puro, el abrazo silente, mi cura en mente.

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