MIL ALMAS / Por Oscar Bazzardi



Intentando poder alguna frase finamente hilar.
Buscando algún rescoldo de humildad o de abracadabra.
Con que pueda conjurar mi lucha sin gimotear.
Yo nací un día en que las flores lloraban de amargura.
Porque su pecado fue adelantar mi vida sin textura.

Cada noche voy sumando alguna furtiva palabra,
Corría detrás de cada aventura.
Implorando al miedo, a la locura,
al permisivo y delincuente corazón.
El olvido sobre hombros, sucio y roído,
jugando a la excusa y perdón despavorido.
Un jardín seco en el verano anido,
el pelo blanco me ha crecido.
Causa de de mi suave sonrisa
motivos de mi profundo silencio...
Llegas…
para ser parte de mis gestos.
Pretendo…
Sabotear la mentira,
destratar la certeza.
Pincelar una sonrisa de niño
en la curiosa maleta del presente
sin que se vea como un guiño...
como un pellizco en el alma.
Cuál es mi voz y mi rostro?
Yo tengo mil rostros y mil voces.
¿Mi alma… cuál?
mil almas tengo yo

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