Grecia: Syriza y sus retos / Del Blog de Atilio Boron


Comparto un lúcido aporte de Daniel Munevar, del Comité por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo, sobre los desafíos que deberá enfrentar el partido Syriza, vencedor de las elecciones de ayer en Grecia. Va nuestra cálida felicitación y nuestro saludo solidario a los compañeros que en Grecia se alzaron y lucharon con ejemplar denuedo en contra de las brutales políticas neoliberales impuestas por la Troika formada por el Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional.

No está demás señalar el nefasto papel cumplido por Alemania, Francia, Italia y España, en grado descendiente de responsabilidad, por el descomunal endeudamiento de Grecia, en buena medida alentado desde afuera (como ocurriera con la deuda externa latinoamericana, estimulada también por Estados Unidos y las potencias europeas) hasta que, una vez estallada la burbuja especulativo los bancos de estos países y la Troika europea se presentaron por ventanilla a cobrar sus acreencias sumiendo al pueblo griego en la más profunda crisis económica de su historia. Buena parte de la deuda pública griega se originó en negocioscon multinacionales alemanas, como Siemens, acusada de haber pagado elevados comisiones y sobornos para obtener sus leoninos contratos. O en los contratos con la naviera HDW que vendió submarinos a Grecia por valor de 5.000 millones de euros. Compra absurda, irracional, pero "aconsejada" por la Comisión Europea y por la OTAN para proteger el mar Egeo y la cuenca del mediterráneo, aunque jamás dijo de quién. No olvidar también que Goldman Sachs, el mayor banco de inversión del mundo, "dibujó" los números de las cuentas fiscales griegas (reduciendo las dimensiones del déficit fiscal, o sobreestimando la capacidad de pago del país) para facilitar la contratación de créditos y otros negociados. Veremos como reacciona Syriza, pero ojalá que en Atenas tengan en cuenta lo que más abajo dice Munevar.

Fuentes confiables me aseguran que en despacho del líder de Syriza, Alexis Tsipras hay varios retratos: Salvador Allende, el Che y algunos otros. De hecho, uno de sus hijos se llama Ernesto. Tsipras se formó en el comunismo y no ha ocultado sus orígenes ni su condena radical al capitalismo. Ojalá tenga la fuerza y la claridad ideológica para librar exitosamente la gran batalla que le espera.

Sísifo en el siglo XXI, y Merkel preguntándole a Sarkozy: "¿le deberíamos prestar algo más?"

“Syriza y la cuestión de la deuda: ¿a las puertas de un cambio radical?”
Daniel Munevar
22 de enero 2015

El próximo 25 de enero promete ser un día histórico para Grecia. Salvo un inesperado colapso, todo parece indicar que Syriza obtendrá los votos necesarios para formar gobierno. El rechazo de esta agrupación política a las políticas de austeridad y su llamado a organizar una conferencia europea para resolver el problema de la deuda han causado toda serie de expectativas. Por un lado, los mercados han reaccionado de manera negativa con sucesivas caídas de la bolsa y una significativa salida de capitales que ha forzado a los bancos griegos a recurrir a programas de liquidez de emergencia provistos por el Banco Central Europeo. Por el otro, movimientos progresistas en el resto de Europa ven a Syriza como un foco de esperanza en el cual se concentran los anhelos para lograr encontrar soluciones justas y equitativas a la crisis por la que atraviesa Europa. Sin embargo, un análisis detallado de la situación en Grecia indica que las expectativas superan con creces la capacidad de Syriza de cambiar de manera radical el curso de la crisis.
El problema central no radica en el hecho que los argumentos económicos de Syriza a favor de una significativa reducción de la deuda sean equivocados. La mayor dificultad que encontrará Syriza será su falta de claridad respecto al tipo de medidas requeridas para lograr dicha reducción y, no sobra decirlo, las complejidades del ajedrez político europeo. Para entender esta situación es necesario desagregar el argumento.
Los números son claros
A pesar de haber recibido 252 mil millones de euros en programas de "rescate", al día de hoy la deuda en Grecia alcanza 317 mil millones de Euros. Al finalizar el 2014, esta cifra supera como porcentaje del PIB (174%) el pico alcanzado en 2011 antes de la reestructuración de la deuda impulsada por parte de la troika (157%) |1| Las proyecciones oficiales esperan que, gracias a una combinación de medidas de austeridad y recuperación del crecimiento económico, la deuda se reduzca progresivamente hasta alcanzar un nivel de 127% del PIB al final de la década. El problema radica en que dichas proyecciones se basan en supuestos absurdamente optimistas y contradictorios. Por un lado, se espera que la economía crezca de manera sistemática por encima de su tasa de crecimiento potencial, a pesar de la profundización de las medidas de austeridad. Por el otro se espera que el país pueda seguir comprimiendo gastos en consumo e inversión para seguir privilegiando el pago de la deuda.
No es necesario ser un economista para darse cuenta de que la situación actual de Grecia no es sostenible. Así, el uso de supuestos más razonables muestra que en un entorno de crecimiento bajo y con deflación, la deuda de Grecia apenas se reduciría en un 5 % del PIB hacia el final de la década. |2| Aun si el país lograra cumplir con las metas fiscales del programa de ajuste de la troika, no tendría prácticamente ningún efecto discernible sobre los volúmenes de deuda del país. Ello implica que, para fines prácticos, Grecia se encuentra en una situación de insolvencia. Dada la debilidad económica del país es imposible generar los superávits primarios requeridos para reducir la deuda.
De esta forma, insistir que Grecia continúe pagando la deuda pública y esperar la recuperación de su economía representa una profunda contradicción de términos de la troika. Esto es porque la continuación del pago de la deuda en una situación de insolvencia representa una transferencia real de recursos del deudor a sus acreedores. En otras palabras, cada pago sobre la deuda hace de Grecia un país más pobre. Y los montos involucrados no son triviales. Entre 2015 y 2016 se espera que el país haga pagos por 19 mil millones de euros por concepto de intereses y 57 mil millones de euros en concepto de amortizaciones. |3| En un momento en el cual Grecia atraviesa por la peor crisis económica de su historia es absurdo esperar que el país siga despilfarrando estos recursos en una tarea digna de Sísifo, cuando estos pueden ser destinados a reparar los daños causados por las medidas de austeridad y asegurar la recuperación económica del país. En un momento en el cual Grecia atraviesa por la peor crisis económica de su historia es absurdo esperar que el país siga despilfarrando estos recursos en una tarea digna de Sísifo cuando estos pueden ser destinados a reparar los daños causados por las medidas de austeridad y asegurar la recuperación económica del país.
En efecto en esto consiste precisamente el programa de Syriza. Implementar programas que alivien la situación de familias afectadas por los programas de austeridad, al mismo tiempo que se busca lograr la cancelación de la deuda del país. El problema en esta área radica en la confusión del partido para alcanzar estos objetivos.



Las propuestas de Syriza
El paquete de medidas económicas de Syriza está compuesto de dos elementos centrales. El primero es modificar el objetivo principal de la política fiscal en Grecia. De esta forma, el énfasis pasará de ser la generación de superávits primarios para pagar la deuda a una redistribución del gasto para lograr la estabilización de la economía. El segundo es lograr la reducción de la deuda por medio de una conferencia europea similar a la que logró la cancelación de la deuda alemana en 1953. En teoría, los ahorros generados por esta segunda medida en términos de pagos por intereses permitirían aumentar los recursos destinados para asegurar la recuperación de la economía.
La dificultad principal que encontrará Syriza para implementar su programa económico es el hecho que será muy difícil para el nuevo gobierno cambiar la dirección de la política fiscal del país sin antes haber resuelto de manera definitiva la cuestión de la deuda. Teniendo en cuenta el bajo crecimiento del país y las presiones deflacionarias, estabilizar el presupuesto implica aumentar por encima de sus niveles actuales la deuda del país. Dado este contexto, es difícil esperar que el nuevo gobierno pueda encontrar el financiamiento requerido. Por un lado, el sector privado no estaría dispuesto a aumentar su exposición a Grecia. Por el otro, la troika reconocería este cambio en la política fiscal del país como una violación de los acuerdos de estabilización y, por ende, pondría fin a la entrega de recursos a Grecia. Por definición, la única manera en que Syriza puede financiar su programa de gobierno es por medio de una cancelación de la deuda.
Sin embargo, en vez de mantener un discurso favorable a la cesación de pagos y organización de una auditoria de la deuda, Syriza ha concentrado de manera pública todos sus esfuerzos en la organización de una conferencia europea sobre la deuda. El objetivo de esta es lograr una condonación de la deuda de Grecia similar a la obtenida por Alemania en 1953. Lastimosamente es poco probable que Syriza obtenga el resultado esperado. De ser organizada, la mayor oposición para una condonación provendrá no de Alemania, sino de irónicamente de otros países de la periferia europea también aquejados por el problema de la deuda. El sector público de Europa tiene exposición directa a Grecia por medio prestamos bilaterales (52 mil millones de euros), de los créditos otorgados por el FEEF, el Fondo Europeo para la Estabilización Financiera, (135 mil millones de euros) y el Banco Central Europeo (38 mil millones de euros). La condonación de estas deudas, específicamente aquellas del FEEF y el Banco Central Europeo forzarían a los países contribuyentes a poner recursos adicionales para cubrir las pérdidas en las bases de capital de ambos esquemas. Así, países como España, o Italia registrarían pérdidas por valor de 32 mil millones y 48 mil millones de euros respectivamente. |4| Esto los forzaría intensificar la implementación de medidas de austeridad con el fin de realizar tales contribuciones. Es decir que, irónicamente, el precio del fin de la austeridad en Grecia seria mayor austeridad para el resto de Europa.
Las cifras en cuestión permiten explicar por qué tales países se opondrían de manera directa a condonar la deuda de Grecia. Sobra decir que un escenario de este tipo poco apetece a los gobiernos de turno y esta es la razón principal por la que poco se puede esperar de una conferencia de esta índole.
El momento de la verdad
Si bien es muy probable que Syriza gane las elecciones de este 25 de enero es difícil de esperar que ello se traduzca en un cambio radical de la situación del país por las razones expuestas. El escenario más probable es uno donde la implementación del programa de gasto de Syriza sea rechazado por la troika y que ello lleve a prolongadas discusiones entre ambas partes. Gracias al superávit primario de Grecia, Syriza cuenta con suficientes recursos para mantener el funcionamiento del sector público del país hasta julio. En dicho mes se acumulan pagos por concepto de amortización de deuda, en cantidades superiores a los 15 mil millones de euros. Para cumplirlos, Grecia requiere de la renovación de la línea de crédito del programa de rescate lo que a su vez conlleva la aprobación por parte de la troika del programa económico de Syriza. Ante el más que probable fracaso de una conferencia europea sobre la deuda, Syriza se verá abocada en ese momento, ya sea a aceptar las imposiciones de la troika para mantener la puesta en escena de esta tragedia griega, o a tomar un curso más radical de acción. Si bien es cierto que es imposible predecir qué ocurrirá llegado ese momento, lo que sí es claro es que seguir la implementación del programa de la troika no llevará a Grecia a ningún lado. Solo queda esperar que la dirección de Syriza sea consciente de este hecho y utilice el valioso tiempo que tiene para organizar, paralelo a una auditoria de la deuda, un sólido caso legal a su favor para cancelar la deuda del país.

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