El Espejo Empañado / Por J. J. Ferrite


Los lectores estamos cansados, la libertad de prensa devino en un arcaísmo.
La palabra expresada en la prensa “seria”, digamos los uruguayos El País o La República como los argentinos Clarín o La Nación, han mutado de las editoriales que expresen el fundamento ideológico que los caracteriza a una visión anodina sino tergiversada de la realidad.

En estos días el domicilio del periodista Víctor Hugo Morales fue allanado, so pretexto del litigio que involucra al periodista y el grupo Clarín. Un asunto pendiente desde hace mucho, cuando Víctor Hugo difundió en pantalla de fondo los goles de Boca ante el Real Madrid en diciembre de 2001, lo que fue considerado un robo de los derechos de Cablevisión-Clarín.
Términos más o menos, ésa fue la escueta noticia que como un espejo reflejaron los cuatro diarios rioplatenses.

El reclamo de Clarín y el incalificable procedimiento judicial son una muestra palpable de los entresijos del poder.
El mismo holding que se apropió de la empresa productora de papel con el beneplácito de la dictadura, grupo que creció de modo desmesurado cuando participaron de la fiesta menemista y que dicho al pasar pagamos todos, que no se aviene a cumplir la Ley de Medios sancionada en 2009, que ha vertido ríos de tinta e imágenes para denostar a los gobiernos kirchneristas, democráticamente elegidos en 2003, 2007 y 2011.
Como un acto automático, la mirada crítica al gobierno argentino y con mínimos fundamentos de La Nación y Clarín vuelve a reflejarse en los diarios orientales. Lo curioso es cuando gente “progresista y/o de izquierda” esgrime allá los argumentos de la “derecha” de acá…

A quienes gustamos del fútbol, durante años escuchamos al atardecer el programa de Víctor Hugo emitido por radio Continental. Los análisis inteligentes y los comentarios sabrosos alternaban con las denuncias a los apropiadores del fútbol argentino y los goles en particular, alterando cada fin de semana el sentimiento de la hinchada que rumiaba bronca frente al televisor de los bares. El programa Torneos y Competencia de Cablevisión-Clarín se había adueñado, dándole atributo de mercancía a algo que era de todos los amantes del fútbol. No de ahora, de todos los tiempos.
Lamentablemente, la televisación abierta de los partidos es un asunto todavía irredento en el tercer mandato del frente amplio, con minúsculas. Es probable que no sea una prioridad de la demanda social, pero convengamos que involucra cuestiones de identidad popular y derecho a la gozada que deberían advertir de una buena vez los dirigentes uruguayos.

Fue Víctor Hugo el que en plena euforia privatizadora denunció las anomalías en la venta de Carlos Tévez al Corinthians por una venta millonaria que no embolsó en su totalidad el club Boca Junior, presidido por Mauricio Macri.
El mismo Mauricio Macri procesado por escuchas ilegales, protegido por el grupo Clarín y sin mayores impedimentos para ambicionar la presidencia del país a dirimirse en las elecciones de octubre próximo.
Un nene de papá, hijo de un poderoso industrial, de derecha, que ante los reveses electorales de su partido, el PRO, y un grado de nerviosismo creciente reconoce para espanto de sus fieles, que está bueno la nacionalización de YPF y Aerolíneas Argentinas. Otro tanto afirmó María E. Vidal candidata porteña en la provincia de Buenos Aires, al decir que está bueno Fútbol para Todos. Decisión política del gobierno que oportunamente cortó con la privatización de las trasmisiones deportivas y el negocio de Torneos y Competencias, Cablevisión y Clarín.

“La AFIP denunció al HSBC y sus directivos por evasión fiscal y asociación ilícita. La autoridad fiscal acusó al banco de facilitar la apertura y ocultamiento de cuentas de argentinos en una sucursal suiza del holding financiero. Las 4040 sociedades e individuos titulares de las cuentas no declaradas por más de 3000 millones de dólares –bonos, acciones y depósitos– también fueron demandados junto con los contadores, apoderados, abogados y economistas encargados de montar las redes societarias offshore para imposibilitar el acceso a los datos de los verdaderos dueños de los fondos y minimizar ilegalmente el pago de impuestos.
Las empresas del Grupo Clarín, Cablevisión y Multicanal son algunas de las compañías denunciadas”, según publicó Página 12, el 28 de noviembre de 2014.

En su momento, algunos periodistas innombrables comparecieron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA para denunciar las condiciones de la libertad de prensa en Argentina. Los mismos que nada dijeron en tiempos de dictadura; los mismos que defenestran sin medida al gobierno de CFK; los mismos que admiran y elogian a los gobiernos del frente amplio, con minúsculas; los mismos que ocultan la persecución de la actividad sindical en Clarín; los mismos que ningunean a Víctor Hugo Morales.
Para el hombre de Cardona vaya nuestra solidaridad.
Y hagamos votos para que el espejo empañado sea solo eso...

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