EL VENENO DEL PODER / Voces Semanario




“No dejemos que el poder nos devore el alma de la izquierda”
Danilo Astori
Empiezan a escucharse muchas voces en el Frente Amplio
quejándose de diversas prácticas reñidas con la ética.
Tarde piaste diría el refrán, hace once años que gobierna
el país y más de cuarto de siglo en la Intendencia capitalina
Y esto no es un fenómeno nuevo aunque para algunos
parezca novedoso en el ancho mundo de la izquierda local.
Porque acaso nadie recuerda el pasaje de los “corchos”
compañeros que ayer estaban en la IMM, hoy en un
ministerio, mañana en otro y pasado en un ente autónomo.
¿Idoneidad? Un tema menor frente a la trayectoria militante
Tampoco hay que olvidar el aluvión de sapos y culebras
que alegremente se aceptaron en el estanque progresista
porque lo único importante era asegurar la victoria electoral
Alguna serpiente volvió a su madriguera original, por suerte
Otras cambiaron de piel y de refugio en otro nido frentista.
La soberbia de la mayoría no es buena consejera y para
peor ni siquiera contamos con una oposición como la gente
Algún expresidente dijo en alguna oportunidad una frase
genial y compatible: “la estética de este tiempo es la ética”
El problema es que para hacerle un lifting a algunos
miembros de la barra no había espátula lo suficientemente
fuerte que los despegara de sus jerárquicos sillones.
Y la práctica se extendió a lo ancho del gobierno, del
Parlamento y también en las estructuras partidarias.
El amiguismo, el acomodo, la changa y el pase en comisión
a la orden del día y de la noche, y no se salva nadie; todos
en algún grado son una “máquina de generar cargos”, ¿tá?
La consigna parece ser por la liberación y el “sociolismo”.
No hace falta dar nombres, acá nos conocemos todos.
Entonces, si queremos reafirmar el proyecto es hora de
plantearnos una gran operación limpieza y empezar a
pensar que el poder es un medio y no fin en sí mismo.

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