Los arcos y flechas de los palestinos, por Marcelo Marchese / Otro Rumbo


Los informativos nos advierten sobre una ola de atentados de palestinos con armas blancas. Aquí en Uruguay, estos informativos tienen sobrados motivos para defender la política de Israel y no tienen un sólo motivo para defender la política de los palestinos. Si uno de nosotros atacara la política israelí, sólo podría ganarse problemas y si apoyara la política palestina no ganaría nada en absoluto. ¿Qué poder tiene la comunidad israelita en Uruguay y qué poder tiene la comunidad palestina? Este poder incide inclusive en la elaboración de los textos de estudio en nuestra educación laica.
El día de ayer recordábamos, cada cual a su manera, el 12 de Octubre, el día del inicio de la conquista de un continente. Los palestinos tienen su 12 de Octubre, el día del inicio de la conquista de su país. Hoy están acorralados en dos sectores del territorio y en franca retirada, pues Israel no deja de colonizar sus tierras, cuando no los quema vivos en sus viviendas ¿Israel los invade porque necesita sus tierras? Sí, pero eso no lo explica todo. Israel necesita atacarlos y necesita que existan, necesita que los palestinos se defiendan, pues la economía israelí tiene un motor llamado servicios de seguridad. Los israelíes son la tecnología de punta en este boom de la seguridad que requieren los barrios privados, los aeropuertos, los gobiernos. Son eficientes. Han demostrado con creces ser los mejores y por eso venden. La guerra, la venta de armas, la venta de servicios de seguridad, mueven fortunas. El fin de la guerra sería el fin de la economía de la guerra.
La ONU, y no estoy diciendo Hamás ni nada por el estilo, la ONU, a pesar del poder de Israel, a pesar del poder de los aliados de Israel, ha declarado que si las condiciones actuales se sostienen, la Franja de Gaza será inhabitable en el 2020. El bloqueo de Israel, los bombardeos sistemáticos, la imposibilidad de pescar más allá de cierta área, el agua podrida, la incapacidad de reconstruir las casas desde los escombros, harían imposible la vida. Veremos si eso sucede, pues la Historia ha demostrado que el ser humano puede sobrevivir en condiciones que creíamos imposibles. El ser humano es capaz de cosas horribles, pero también de cosas maravillosas.
Cuando nos hablan de las armas blancas de los palestinos, uno no puede dejar de pensar que por el otro lado están los misiles con tungsteno de última generación, con esquirlas que quedan en el cuerpo haciendo un lento y maligno desastre. Cuando nos hablan de las armas blancas uno no puede dejar de pensar que mientras los aborígenes americanos atacaban con flechas, los conquistadores traían pólvora. Unos estaban en el paleolítico superior o en el principio del desarrollo de sus civilizaciones; los otros gozaban del desarrollo alcanzado por la Europa del Renacimiento. Aquella diferencia, y el uso de las divisiones entre las comunidades indígenas, determinó que unos pocos europeos vencieran a millones de americanos. El conflicto actual en Palestina es igual en todos sus términos, salvo que el abismo tecnológico es aún más monstruoso y que los palestinos no tienen, como sí tenían los aborígenes americanos y luego los africanos secuestrados y traídos aquí, selvas y desiertos donde refugiarse. O se quedan en esas condiciones, o emigran. La mitad de los palestinos viven fuera de Palestina. Los palestinos no tienen nada, salvo sus armas blancas, unos cohetes lamentables que sólo un hijo de puta puede llamar “misiles” y un orgullo que debería generar que inclusive el más hipócrita, el más cínico y el más insensible, se quite el sombrero y les haga una reverencia.

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