CORTANDO GRUESO : Mujeres sobran... ¿Faltan ovarios? por Alfredo García / Semanario Voces


La semana pasada salió la edición número 500 de VOCES con mucha repercusión y nos dieron con un caño porque en la tapa figuran veintiséis nombres, todos masculinos, cosa muy mal vista en el Uruguay fundamentalista de la corrección política.
La verdad es que no solemos responder a las críticas que nos hacen. A esta altura del partido, para hacerlo, deberíamos suprimir las entrevistas centrales o publicar ediciones de cuarenta páginas para darle espacio a nuestras respuestas y nos parece mucho más interesante publicar otras notas en lugar de nuestras opiniones. Pero hoy vamos a hacer una pequeña excepción, solo por hoy, como dicen los borrachos conocidos.
UN CLUB DE TOBI FORZOSO
Muchos podrán apreciar que en el staff del semanario carecemos en gran medida de presencia femenina salvo honrosas excepciones y el motivo es que en nuestra búsqueda constante de plumas con estrógenos fracasamos con total éxito. Han pasado por aquí notorias periodistas y escritoras por algún tiempo pero luego abandonaron por diversos motivos. Uno de ellos es que el grupo humano que constituye VOCES lo hace en forma voluntaria y en su tiempo libre, es decir: no hay un mango; y parece ser que esto es un impedimento para muchas féminas que no aceptan, con todo derecho, no ser remuneradas por su esfuerzo de escritura. Otras, no consideran que VOCES tenga un nivel intelectual lo suficientemente elevado como para aceptar vincular su nombre a este pasquín lleno de errores ortográficos y pensamientos poco profundos. Algunas consideran que hemos traicionado la causa de la izquierda por darle cabida a la crítica ácida al Frente Amplio y sus gobiernos. Aquellas otras, creen que no es bueno escribir junto a algunos “machos alfas” que le cuestionan duramente algunos planteos que ciertas organizaciones de mujeres llevan adelante. Hablando claro, no se bancan las posturas de Hoenir Sarthou sobre diversos temas. Quizás para otras les resulte difícil afrontar que no escriben muy bien y no se animan a exponerse a la crítica pública por sus cuartillas. Una feminista de pura cepa me lo dijo y sugirió que a los hombres eso no les resulta impedimento para escribir aunque sean mediocres con las teclas. En fin sobran motivos para que la presencia del género femenino se vea sub representada en nuestras páginas.
TODO EL PODER A LOS TOBIS
Vayamos ahora a analizar la edición especial que sacamos la semana pasada. Nos planteamos encarar el tema valores pidiéndole a personalidades destacadas en el quehacer nacional su opinión sobre dicho tema. Empezamos con los expresidentes y para nuestro disgusto no había ninguna mujer. Seguimos con los candidatos a la primera magistratura y con sorpresa no encontramos ninguna candidata. Cardenal, en el Uruguay, hay uno solo y da la casualidad de que es hombre. Nos dirigimos a los directores de grandes medios de prensa y no hallamos ninguna directora. Pensamos que la salvación la íbamos a encontrar sin duda en el movimiento sindical que tiene una fuerte participación femenina. Pero la cúpula del PIT-CNT lleva pantalones y se afeita la cara. En definitiva debimos aceptar que el número iba a ser una representación del país real, donde el cincuenta y dos por ciento de la población (mujeres) tiene muy poco acceso a los puestos de poder. ¡Alto! ¡Paren las rotativas! ¿Y las mujeres políticas, académicas, periodistas o de organizaciones sociales? Lamento comunicarlo pero hace mucho que las figuras más conspicuas y conocidas de ese gran elenco femenino solo han respondido con el silencio a nuestras repetidas convocatorias para escribir en VOCES. Los desafío a que nos digan un nombre, les aseguro que nueve de cada diez de las que se les ocurra ha sido invitada en más de una oportunidad y al igual que la murga femenina: Cero Bola.
BUROCRACIA FEMINISTA
En definitiva, les puedo garantizar que como nadie nos corre por izquierda, tampoco ninguna nos va a pecherear con el tema de la discriminación. Yo suelo decir que más frentista que yo ni Seregni y más feminista que yo ni Cotidiano Mujer. Pero muchas veces se hace hincapié en lo aparente y superficial mientras que se ignoran los temas más profundos. Creo que el movimiento por la igualdad de género en nuestro país se ha estancado y que se le da más importancia a cuestiones superfluas que a los problemas más relevantes. Entre la ridiculez del todos y todas, el actual saludo a la bandera del femicidio, el hilarante acoso callejero y el integrador @ para el lenguaje escrito se gasta mucha energía al cuete mientras otros temas ni se tocan. Hay una despreocupación total por la cosificación de la mujer en los medios y en la publicidad. La mujer objeto ni siquiera es cuestionada por el feminismo uruguayo. Parece que para muchas la vagina se volvió un medio de producción porque se ve con buenos ojos que la prostitución sea catalogada como “trabajo sexual” y se estimula la sindicalización de uno de los oficios más degradantes de la condición humana en general, porque también rechazamos la prostitución masculina. Ni se plantea que el servicio doméstico es otra dura forma de explotación de las mujeres, muchas veces por otras mujeres. No se pelea por igualdad de condiciones entre los sexos para el cuidado de los hijos y algunas llegan al ridículo de plantear que la extensión de la licencia por maternidad/paternidad es una forma de sacar a la mujer del mercado de trabajo. ¿Qué igualdad de género se busca si ninguna mujer en posición de poder se anima a salir del closet y declararse lesbiana? ¿Qué temor tienen? Los valores de la sociedad patriarcal no son fáciles de cambiar en las cabezas de hombres y mujeres, y creer que decir todo el tiempo, en todo lugar y a todo público: “Todos y Todas”, sirve para algo es onanismo del siglo XXI.
EN BUSCA DE LA LULÚ PERDIDA
Pero no todo son pálidas. Recuerdo que hace unos años atrás participando en una reunión sobre situación de las mujeres de todo un sábado en la Universidad de la República conocí a un grupito de cuatro o cinco personas que se llamaban Mujeres de Negro y que eran unas desconocidas en nuestro ambiente. Hoy esta organización ha sido un motor fundamental en la denuncia y toma de conciencia sobre la violencia de género en Uruguay, y se ha avanzado bastante pero no lo suficiente para combatir este flagelo. O sea que se puede cambiar, si se logra la participación de la gente y no se trabaja solamente para mantener sellos vacíos que se han esclerosado. Pero el inicio de esta nota era para responder a las críticas de ser machistas que nos hicieron por la edición 500 y la mejor respuesta es que contamos con un enorme plantel de mujeres con “M” mayúscula, de todos los pelos y señales, que no temen contaminarse con la tinta “patriarcal” y semana a semana nos envían sus invalorables aportes. Por todas ellas sabemos que la pregunta del título de esta nota es simplemente retórica, en Uruguay y en VOCES: ovarios sobran.

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