adnegA Por J.J. Ferrite



_ Disculpen la intromisión, dijo el tipo con mirada conspirativa y vestimenta de empleado desempleado, ¿me puedo sentar un momento?
_ Claro, tome asiento, dije un tanto sorprendido.
“Copetín” lo miró por encima de la jarra de cerveza en tanto observaba la única entrada por los espejos del café&bar Finca do Café. Apenas lo distrajo un banderín verde-amarelo del club Defensa y Justicia junto a la foto de Gardel, pero sin observar nada raro.
_ Usted dirá, dije de modo amistoso, por aquello de que la mesa de café es el lugar propicio para intimar y sincerarse entre humanos.
_ No pude evitar escuchar la conversación entre ustedes... les pido disculpas nuevamente, pero sospecho que están en problemas.
¿Puedo pedir un vaso de agua? interrogó como si fuese el último deseo de un condenado a muerte.
Lo miré a mi amigo compartiendo un sentimiento entre la curiosidad y el fastidio, pero algo en el decir del desconocido invitaba a escuchar sus preocupaciones, porque a simple vista el tipo estaba preocupado.
_ Usted dirá, dije sin aditamento alguno.

_ La convocatoria de los sindicatos a la movilización del 29, dijo el sujeto a poco de saciar la sed, tiene el fundamento de un buen café y también mucho de borra.
Nos miramos con “Copetín” y aguardamos en silencio.
_ El fundamento incuestionable por cualquiera que se precie de persona, es advertir al gobierno de que existimos, ocupamos un lugar en el mundo, y todavía disponemos de una reserva moral y de la dignidad capaz de mantenernos con  vida. De contar con la inteligencia y las manos para ganarnos el pan y no la mierda modernista de los recursos humanos.
Lo dijo de un tirón, sin disimular el esfuerzo requerido que irrumpió en un acceso de tos. Tomó otro trago de agua y nos miró con la sombra de la duda.
_ Fui un obrero metalúrgico de los tantos despedidos en los noventa, certificó con retardo de veinte años  para dejar al descubierto esa edad incalculable que traduce el malcomer y el acceso a una jubilación digna como parte de otro sueño inasible para la clase obrera latinoamericana.
En ese momento percibí en sus ojos la mirada agrisada de mi viejo.
_ Viví en carne propia el liberalismo salvaje, no como un texto de estudio sino decodificado diariamente hasta convertirse en la reseña cruda de la iniquidad: los despidos como antesala del desempleo; la inflación metamorfoseada en carestía; el salario en negro y la pobreza como temática de los cientistas sociales, los economistas y el observatorio de la Universidad Católica, lejos muy lejos del diario vivir de los pobres.
Cierta inquietud propia de las cosas simples fue ganando terreno a la placidez que depara beber una cerveza fría con un amigo. ¿Qué estaba ocurriendo?
_ No parto de la descripción de nuestra mera desgracia, de las cicatrices, dijo el sujeto sediento, el liberalismo salvaje es también la bandera extranjera en el mástil de las fábricas y en la popa de los buques de cabotaje; es la risa furtiva del que fuga las ganancias a los paraísos fiscales; es el presupuesto estancado para la educación y la salud pública de los nuestros. El tipo tosió y bebió otro sorbo a modo de intervalo.
_ Entiendo del fundamento de estos asuntos, dije a modo de tranquilizar al desconocido, que a esta altura era un pobre hombre sediento de justicia y lejos, muy lejos de confundirse con un hombre pobre.

_ La borra es otra cosa pero indivisible del buen café, dijo con renovada mirada totalizadora.
Sin decir agua va, nos preparamos para marchar el 29 y eso hace al fundamento, a la noción ancestral de sobrevivir restaurando la posibilidad cierta de las acciones unitarias y la lucha.
Pero, ustedes saben, la borra se sedimenta en el fondo del pocillo...
Lo miramos espectantes al monólogo, que si no sonaba divertido como se estila en estos tiempos, resultaba por lo menos atrapante. El viejo hacia valer un pasado-presente tan interesante como desafiante.
Algunos sindicalistas llaman a marchar contra las políticas salvajes del gobierno de M.Macri, otros sindicalistas enredan palabras y pensamientos para convertirlos en actos fallidos. Es que no se puede, dijo el viejo sediento, decir gre-gre para decir Gregorio ¿ustedes me entienden?
Ayer nomás, éstos fueron portavoces de las grandes empresas agrarias (pero olvidando a los peones rurales); denunciaron a grito pelado la falta de libertad y diálogo con el gobierno de CFK; objetaron las paritarias “con techo”; observaron con vista aguda y crítica frontal a la “década ganada”, despotricaron contra el control de cambio de monedas; fueron indiferentes a los “precios cuidados”; se quejaron de las subvenciones al transporte y los servicios públicos, y así podríamos continuar enumerando lo que dijeron los cosos que llevaron adelante, por acción u omisión, la candidatura de Macri-Presidente.
Encumbraron a un hijo de la “patria contratista” al gobierno nacional. A un procesado al sillón de Rivadavia. A un ingeniero con cuentas en los paraísos fiscales como protector del destino del pueblo argentino.
Y lo más grave, ya que no la autocrítica, este grupete no ha descubierto ni tenido el valor de llamarse a silencio...
Por eso me resultó inapropiado que la protesta enmarcada por el 1° de Mayo, el Día Internacional de los Trabajadores, fuese convocada el 29 de Abril, que en nuestro país evoca el “día del animal”. Después dudé…
_Lo que se dice, dije de modo aprobatorio, persistiendo con la adnegA al vesre.
“Copetín” me miró desconcertado.
_ ¡Está claro loco! algunos compañeros andan con la agenda al revés.
_ ¡Mozo! Por favor, rogó “Copetín”, traiga una cerveza fría y un vaso para el amigo.

Comentarios

Entradas populares