INTERROGANTES PARA EL 2017. VIENTO DE POPA Y VIENTO DE PROA / Josè Rocca


El FMI corrige sus predicciones para el 2017. Reduce las perspectivas de crecimiento para América del suri y en particular para Brasilii y Argentinaiii pese a que forman parte del grupo más afín a sus recomendaciones.
El organismo internacional en sus proyecciones mantiene y mejora levemente sus cifras para Uruguay de 1.4% a 1.6%. Pese a la modestia de los números, bastó para que el oficialismo económico en voz del Ministro de Economía lance campanas al vuelo. La escasa confiabilidad que merecen estas predicciones no es obstáculo para la fanfarria.
Históricamente el organismo rara vez acierta pues suele ser excesivamente optimista en sus predicciones con los países que aplican sus recetas y pesimista respecto a las políticas heterodoxas. El partido de gobierno hasta su asunción compartía esta percepción, pero su memoria parece frágil.
Quiénes negaron la crisis económica valoran que Uruguay está saliendo de ella. Algunos factores internacionales avalan su confianza. El fuerte descenso de los precios del petróleo durante 2016 reduce los costos de importación, aliviando las cuentas externas. Los productos exportados, pese a la corrección a la baja de sus precios, continúan siendo elevados en términos históricos.
El retraso del tipo de cambio en los países vecinos mejora las perspectivas locales debido a la fuerte incidencia de la región en la economía uruguaya. Turismo, exportaciones al Mercosur y ventas fronterizas se ven beneficiados.
El clima también ayuda a la producción de cereales y la ganadería que dependen esencialmente de la lluvia y el sol, más allá de los sobre dimensionados “avances técnicos” en el agro.
En otro plano, el retraso del tipo de cambio local respecto a países de fuera de la región favorece las importaciones, fomenta el crédito al consumo y reduce presiones sobre los precios internos. A la par, mengua posibilidades de exportación y arruina producción local sometida a dura competencia externa en una economía totalmente abierta. La otra cara del “crédito fácil” al consumo es el crecimiento de las deudas privadas y su costo que reduce el mercado interno afectando el potencial de crecimiento.
En consecuencia cierran fábricas incluyendo empresas emblemáticas, desciende la actividad industrial, crece la desocupación desciende la masa de salarios y por ende cae la recaudación real de algunos de los principales impuestos al consumo como el IVA.
En este marco, la continuidad de las políticas de contención del precio del dólariv agravará los problemas productivos. Por el contrario, aumentar la emisión monetariav y/o menguar la colocación en el mercado de títulos de deuda en pesos o unidades indexadasvi, elevaría la cotización del billete verde y demás precios. El dilema es crudo en cualquier opción.
Presupuesto, rendiciones de cuentas y políticas para los entes públicos subsidian con renuncias fiscales y tarifas especiales al gran capital. La política del gobierno consiste en transferir los costos hacía los bolsillos del pueblo. Para paliar déficit fiscales reduce salarios públicos reales y gastos sociales deteriorando la calidad de los servicios de salud y educación públicas y las posibilidades de acceso de la población a vivienda digna.
El saldo es de difícil pronóstico, por la variabilidad del contexto internacional y por las flaquezas de la política local. El aumento del dólar en la región haría inevitable su aumento en Uruguay. En el marco neoliberal vigente.
De todos modos las políticas económicas de los discípulos locales del FMI, Banco Mundial, BID más allá de discursos en los hechos no ofrecen buenas perspectivas para el pueblo uruguayo.
GOTITAS DE ECONOMIA
  • Según el INE la tasa de empleo de febrero de 2017, fue de 58.2%. En el mismo mes de 2016 registraba 58.3% y en 2015 marcaba 58.6. la tendencia al descenso es clara.
  • El citado organismo ubicó la tasa de desempleo en 8.2%, Un año atrás la cifra fue de 8% y en 2015 registró 7.1% . Menos mal que la zafra turística fue muy buena.
  • El Indice de volumen físico de la industria en Uruguay registró, según el INE, en los dos primeros meses del 2017 un descenso de 5.1% en relación al mismo lapso de 2016. Sin considerar la refinería de ANCAP hay un pequeño incremento de 0.3%. El índice de personal ocupado descendió 1.5%. La parálisis industrial y sus efectos sobre la ocupación al desnudo.
  • ANCAP en sus políticas de privatización planea vender la división alcoholes. Producción de whisky, grapa, ron serán cedidas a empresas privadas culminando un largo proceso de cesión de espacios de mercados. Paralelamente continúa desmontando el sector cementos en un sendero que aparece similar.
  • Durante 2016, se retiraron del sistema financiero uruguayo aproximadamente mil millones de dólares, fundamentalmente propiedad de argentinos. La asunción del gobierno de Macri contribuye a explicar el proceso. El blanqueo de capitales “lavados”, el endeudamiento público con elevadas tasas de interés, la confianza que brinda Argentina ahora a especuladores financieros contribuyen a la pérdida de vigencia de la plaza financiera uruguaya como paraíso fiscal para algunos vecinos.
  • La agencia informativa ADN recoge información de la Unión industrial argentina que señala que la industria del país vecino descendió 5% en el primer trimestre del año. Resultados de las políticas del FMI.
  • El índice de precios al consumo en Argentina creció 2.4% en febrero y llega al 6.3%. durante el primer trimestre. La respuesta de la conducción económica consistió en elevar más las tasas de interés continuando políticas económicas a favor de los banqueros.
i Desde 1.6 en octubre de 2016 a 1.2, en su informe de abril 2017.
ii De 0.5% en sus predicciones de octubre a 0.2%
iii Evalúa menor expectativa de recuperación a corto plazo. Pasando de una proyección de 3.5% a 2.8% y ahora a 2.2%. de crecimiento.
iv Contrayendo la emisión de pesos para disminuir la demanda de dólares. Emitiendo títulos en pesos para incentivar a los especuladores a vender dólares para prestarle pesos al Estado.
v La mayor disponibilidad de pesos aumentaría la demanda de dólares y su cotización.
vi. La menor emisión de títulos de deuda en pesos acotaría la venta de dólares para prestar pesos al Estado y con ello la disminución de la oferta de divisas elevaría su precio.

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