Trump y Bolsonaro: Encuentro de amigotes Por Juan Raúl Ferreira./ Caras & Caretas


Trump y Bolsonaro

Todavía retumban los anuncios de Bolsonaro en Estados Unidos. No será que no nos tiene acostumbrados. Su campaña electoral reflejó la crisis de modelos políticos en el mundo. Ojalá en Uruguay, donde ya hay expresiones similares, honremos nuestra tradición democrática, la que solo la dictadura se atrevió a desafiar. A esta altura nada debería sorprendernos del general brasileño. A ver: ya dijo que mataría a un hijo si fuera homosexual, que un hijo suyo no se ennoviaría con una “negra”, porque les ha dado una buena educación. Ya anunció la destrucción de la Amazonia, patrimonio ecológico de la humanidad. ¿Qué nos faltaba? Una visita a Trump.
Quizás por ingenuidad o porque, por suerte, hay reglas del juego que no vamos a aceptar, los candidatos deben presentarse como realmente son. Una vez electos, pasan a representar no solo a sus votantes, sino al país entero. Él habla por Brasil, de acuerdo a sus leyes y a los compromisos internacionales que este haya  contraído. Ninguna de las expresiones racistas, xenófobas, homófobas que usa normalmente dejan de violar normas internacionales que su país ha suscrito.
“La democracia no es el mero gobierno de las mayorías. Para que haya democracia estas deben respetar los derechos de las minorías”. (De Wilson a Omar De Feo, reportaje en 1985).
Al lado de su colega americano, con quien coincide en muchos de estos temas, hizo afirmaciones de este tipo: “Las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos las va a ganar Trump”, e insiste: “Va a ser reelecto”. Enfrenta así a más de medio país que no lo apoya. Sacó 3 millones de votos menos que su contrincante y, a dos años de mandato, sufrió un gran revés electoral. En las elecciones parlamentarias, los demócratas recuperaron la mayoría en la Cámara de Representantes, achicaron la diferencia en el Senado. Y esto porque  las elecciones legislativas  de aquel país cambian el 100% de los diputados y solo un 1/3 del Senado. Trump no controla ninguno de los dos cuerpos, ya que varios senadores republicanos le han quitado su apoyo.
No hay que preguntarse si esto es una intromisión en los asuntos internos de los Estados Unidos. Una cosa es, por cortesía diplomática, que un mandatario felicite al otro por su gestión. Otra es opinar sobre la decisión que compete solo al soberano. El problema con las injerencias internas es igual a toda violación de ley o norma: ¿dónde se pone el límite? La ley se respeta o no. Pero no existe “violarla solo un poquito”.
Justo al día siguiente de que Bolsonaro hablara, el Parlamento alemán pidió que se expulse del país al embajador de Estados Unidos por interferir en su política interna. Sin precedentes en la historia: el tiro por la culata.
También hizo anuncios económicos. Todos violatorios de las normas del Mercosur. Las primeras 750.000 toneladas de trigo procedentes de EEUU ingresarán a Brasil con 0 arancel. EEUU y Uruguay han sido los dos principales abastecedores de trigo al Brasil. Además dejó traslucir que hará lo mismo con la carne, en un momento de exceso de stock en EEUU. Lo acuerdan ellos, lo sufriremos los uruguayos. En este año, no faltarán quienes le quieran echar las culpas al gobierno: los mismos que apoyaron a Bolsonaro y Macri. Tímida reacción de este, que puso el grito en el cielo cuando Uruguay pretendió hacer acuerdos comerciales bilaterales.
Hubo una época en que ser pequeño era nuestra fortaleza en el Mercosur. Éramos el fiel de la balanza de dos poderosos que nunca habían logrado avanzar en integrar sus dos economías. Está la célebre frase de un canciller brasileño: “Qué fácil es entenderse con los argentinos”, y tras una pausa: “Delante de los uruguayos”.
Cuando ambos vecinos abrazaron nuevamente el neoliberalismo, vino una feroz concentración de la riqueza. Su efecto inmediato: el aumento en cantidad y grado de  indigencia de los sectores más vulnerables. En otra nota veamos lo que pasa con la gente en Brasil. Lo que no dicen los grandes medios: ejecuciones sumarias, los vandalismos raciales, vínculos del presidente con grupos de acción directa, etc.
Finalmente un tema no menor: Bolsonaro se acerca a la OTAN y se aleja de la región. Va a instalar bases militares americanas en Brasil. Vivo en la calle Haedo, que lleva su nombre por haber evitado, aún en la Segunda Guerra, la instalación de bases yanquis en nuestro territorio. ¿Qué dirán los que cuando se lanzaron al ruedo electoral nos pintaban a Macri y Bolsonaro como salvadores de su patria?

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