URUGUAY: Tres reflexiones sobre un gobierno desastroso por FG

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PRIMERA REFLEXIÓN

Podríamos afirmar que el gobierno Herrerista de Luis Lacalle Pou, con su comparsa multicolor, (ese cortejo cambalachezco que lo apañó hasta aquí), ha dado un golpe de gobierno al estado.

1- Arrancó transformando el escudo de la república en un escudo herrerista.

2- Aumentó las tarifas de los servicios públicos básicos en pleno inicio de la pandemia en el continente.

3- Impuso un impuesto (el fondo coronavirus) a la población trabajadora pero no a las grandes fortunas ni a los grandes empresarios, los "malla oro" que supuestamente nos sacarán (Lacalle dixit) de esta crisis.

4- Llevó a cabo la votación de un mamotreto indigerible llamado la LUC (Ley de Urgente Consideración) que escondía desde la fabricación de chorizos caseros hasta una reforma de la educación y la transformación del país en un estado policial.

5- Sacó y cambió por arrebatos autoritarios a cargos que el propio presidente había designado días atrás, un buen mensaje para los librepensadores.

6- Provocó la renuncia del Canciller, principal socio de la coalición, Ernesto Talvi, por desacuerdos en la mirada internacional de la propia cancilleria sobre Venezuela y por escándalos internos nunca revelados..., aún.

7- En el presupuesto que se votará reciben aumentos Defensa (los militares) e Interior (policías) y se rebaja ostensiblemente el presupuesto para la educación y la salud.

8- Aumentó al doble los salarios (230.000 $ mensuales) de los presidentes de los entes, cargos de confianza puestos a dedo por cuotas políticas (pensar en el cangrejito rojo de Sanguinetti o en la jardinera del BPS) diciendo por boca de la ministra Arbeleche que el aumento es porque "son los mejores" y lo merecen como estímulo!!!

9- A los trabajadores les esperan en los años venideros una rebaja salarial permanente y cada vez mayor porque hay que ajustarse el cinturón para evitar que se dispare la inflación..., leer de nuevo el punto 8 e insultar tranquilamente.

10- El partido nacional busca y rebusca por todos los medios, perdiendo la línea aunque poco le importa, para evitar el desafuero de Manini Ríos acusado de ocultar información sobre violadores de derechos humanos (casi nada!!!), porque necesita los votos de Cabildo Abierto para aprobar el escandaloso presupuesto quinquenal.

11- Ha contado y cuenta con una cobertura mediática obsecuente que jamás ha sido vista en el país, de hecho estamos ante un Telegobierno omnipresente en pantallas, todas.

SEGUNDA REFLEXIÓN

El movimiento "Un Solo Uruguay" publicó un mensaje a través de las redes sociales cuestionando decisiones tomadas por parte del gobierno y denunció aumento de costos que afectan a la producción.

El comunicado de los productores rurales ironiza con una frase de Luis Lacalle Pou en la pasada campaña donde se comprometía a no subir impuestos y pregunta: "¿En serio?"

Marcelo Nogué, vocero de "Un Solo Uruguay" declaro.

"En este año las empresas agropecuarias vieron aumentados sus costos, primero porque no pueden descontar el IVA del gasoil como venía ocurriendo", señaló.

Además dijo que "en todo el sector quedó sin efecto el descuento de 18% de la contribución rural como venía ocurriendo estos años".

"Y en el caso del sector ganadero hay un incremento del 1% durante un año por el impuesto a la retención de la venta de ganado, en el marco del coronavirus", señaló.

Nogué dijo que estas medidas "afectan a uno de los motores que se espera que esté prendido para la reactivación económica y lo que se hace es aumentarle los costos reales".

TERCERA REFLEXIÓN

El programa económico del gobierno multicolor es bastante elemental: ajuste fiscal, licuación de salarios y jubilaciones y devaluación de la moneda. Ese combo, cuyos propósitos son achicar el Estado y transferir recursos del conjunto de la sociedad a los sectores más concentrados, no refleja ninguna inventiva ni puede tener otras consecuencias que una crisis social inmediata y una crisis económica en el corto plazo. Con pandemia o sin pandemia, los programas neoliberales siempre conducen al mismo abismo, con el agravante de que cada caída es más difícil de remontar.

La verdadera novedad local está en la gestión política del ajuste estructural. En la estrategia para hacer posible, sin que el pueblo se soliviante, un proyecto que va a deteriorar la calidad de vida de la inmensa mayoría; y hacerlo luego de una larga temporada de progresismo, en la que todos los indicadores de desarrollo humano de nuestro país mejoraron mucho, gracias al esfuerzo conjunto de la sociedad y el Estado.

La estrategia es evidente y simple de enunciar: el gobierno se ha convertido en un aparato publicitario en contubernio con los grandes medios de comunicación, que ya ni siquiera disimulan su parcialidad. Por lo tanto, el panorama informativo local transcurre entre el presidente jugando al ping pong con jóvenes, comiendo asado con obreros, visitando localidades del interior o su candidata municipal comiendo panchos en un carrito, desfilando por las pantallas a toda hora, haciendo cadenas de radio y televisión cuando lo dispone. Es tan obsceno el blindaje, que ya no hay necesidad de demostrarlo, a la vez que el presidente retribuye semejante fidelidad, accediendo a la solicitud de los canales de anular la adjudicación de tres nuevas señales, con base en livianos argumentos formales, que apenas maquillan el verdadero fundamento de la decisión: este gobierno no va a permitir que las  familias que controlan la comunicación audiovisual hace 70 años sufran algún tipo de competencia. A la vez, el gobierno les concedió a los dueños de los canales el privilegio de escribir una ley de medios nueva, a la medida de sus intereses, en detrimento de Antel y de cualquier aspiración de comunicación democrática en Uruguay.

A esta altura, se puede afirmar que el gobierno multicolor y el oligopolio de los grandes medios son socios en esta propuesta de restauración conservadora. Y esa es, sin duda, siempre una mala noticia, aunque tampoco representa una novedad, porque la confluencia entre la derecha política, el poder económico y los grandes medios de nuestro país viene de muy lejos y ha sobrevivido la prueba de la sangre.

Ahora bien, una componente medular de esta estrategia política de restauración es la venganza. La derecha necesita disciplinar a la sociedad después de 15 años de “recreo”. Porque si la “aventura” progresista queda impune, entonces la izquierda vuelve y vuelve en breve, tan breve como el próximo período. Básicamente, la derecha tiene que impedir que el próximo período electoral, que ocurrirá dentro de algo más de 4 años, se convierta en una disyuntiva entre los años del “recreo” y los años del “ajuste”, porque en ese caso, el resultado va a ser demoledor para sus intereses. Entonces, necesita penalizar la osadía de los que se animaron a jugar a otra cosa y lo va a hacer echando mano a las denuncias, sospechas y auditorías. Lo fundamental no va a ocurrir en el ámbito de la Justicia, donde es muy improbable que avancen causas de corrupción por ninguna de las auditorías que vienen anunciando; lo central va a estar en la tapa de los diarios: la auditoría como instrumento de propaganda. La denuncia como arma de acción política, la judicialización de lo posible, el escándalo como premisa. Después no importa nada
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