6 DE DICIEMBRE EN EL AÑO DE LA PESTE. / J. J Ferrite

 



Murió el presidente y el misterio. 

6 de diciembre, en el año de la peste. 

 

En estos días, tuvimos la noticia del fallecimiento del ex presidente Tabaré Vázquez. 

Y eso me provocó a anotar algunos recuerdos, mientras aprontaba el mate. 

 

T.V. Lado uno. 

T.V. nacido en el humilde barrio de La Teja, fue un médico prestigioso que abrazó el ideario del Partido Socialista desde muy joven. 

En 1985, año del retorno a la democracia, T.V., con cuarenta y cinco años de edad, cobra estatura de liderazgo político, frente a la generación de los “viejos” dirigentes del Frente Amplio, el general Líber Seregni y otros, por caso. 

Debieron pasar veinte años entre el fin de la dictadura cívico militar y la elección de T.V. como presidente del Uruguay. El primer presidente del Uruguay con identidad progresista, (al estilo de Tony Blair o Felipillo González), que gobernaría durante dos períodos 2005-2010 y 2015-2020. 

Bajo el mandato de T.V., el país continuaría al compás de las reformas administrativas y la utopía de la integración regional, mientras la concentración de la riqueza y el pobrerío creciente, dejaban en evidencia las luces y sombras de una sociedad, en extremo desigual. El imaginario popular daba vueltas entre un trabajo bien pago, las calles inseguras y un lugar donde vivir. Los préstamos salvadores y las pregonadas inversiones del exterior resultaron, desde 1985 a la fecha, puro humo. 

T.V. impulsó algunos cambios atendibles en el sistema de salud pública y privada, como también, llevó a cabo los acuerdos que permitieron la humanitaria misión de los médicos cubanos. Resultó un gran acierto el Plan Ceibal y la entrega de una Tablet por alumno. 

Católico practicante, integrante de la masonería local, afiliado y posteriormente renunciante al Partido Socialista del Uruguay. T.V. encarna también al hombre del misterio, un asunto a dilucidar, por los memoriosos e historiadores de buena leche. 

 

T.V. Lado dos. 

Ensillé el mate y me dije, que no ofende a un hombre de bien, decirle en baja voz que tiene sucio el cuello de la camisa. 

La dictadura cívico militar (1973-84), abusó al límite de lo inhumano y la locura con las mujeres y hombres de militancia opositora, dando comienzo al período más negro de la historia de los orientales.  

En esos tiempos, T.V. llevaba la apacible vida de un hombre dedicado a la medicina, su profesión. Y logró salir indemne a la barbarie desatada por entonces. Nadie reparó en él. 

Hasta que hizo una digna carrera política, fue Intendente de Montevideo y posteriormente, dos veces presidente electo por el voto ciudadano. 

Y aunque la realidad del país se debatía entre el ser y no ser, entre el agua y la sed, siempre conservó la imagen de un hombre de mirada pacífica y buenos modales. 

De acérrimo crítico a la radicación de la pastera en Fray Bentos, pasó a defensor incondicional, tanto, que cedió una a una, a las pretensiones de la empresa finlandesa.  

La cuestión en torno a los responsables de los crímenes de la dictadura, se emborrascó de manera tal, que pasaron a ser cosas de un pasado “olvidable”. Ni T.V. ni J.M. su sucesor, salen indemnes a la mentira y la traición. Y eso no es ningún misterio.              J.J. Ferrite 


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