YPF TIENE QUE FUNCIONAR POR SEBASTIÁN PREMICI / EL COHETE A LA LUNA

 

 

“YPF tiene que funcionar”. Pablo González no necesitó de más palabras para comprender cuál iba a ser su próximo desafío. Hace más de un mes, el Presidente Alberto Fernández le comunicó formalmente que se haría cargo de la conducción política de la petrolera de bandera. Desde entonces mantuvo conversaciones con la Vicepresidenta Cristina Fernández, con Sergio Affronti, el CEO de la compañía, y con la gobernadora Alicia Kirchner. También dialogó varias veces con Guillermo Nielsen.

Sobre el escritorio de su oficina en Casacruz (acrónimo que utilizan los santacruceños para referirse a la Casa de la Provincia), en pleno microcentro porteño, y custodiado por un enorme cuadro con imágenes de Eva Perón, González tiene una carpeta con unas cuantas páginas con el título Estado de situación. Riesgo y Oportunidades. Es lo que le deja Nielsen, un economista especializado en mercados financieros que nunca encontró su lugar dentro de la empresa.

El martes por la noche, la noticia sobre los cambios dentro de YPF fue publicada por varios portales. En la mañana del miércoles, los rumores sobre una estatización del 49% de acciones en manos privadas y la caída de las acciones en Nueva York marcaban el pulso de la jornada.

 

 

El diputado santacruceño Pablo González será el nuevo presidente de YPF.

 

 

“Hay una operación en contra que viene del sistema financiero”, repite González entre sus allegados. “Nunca jamás se nos pasó por la cabeza estatizar el 49%”, aclara de la manera más enfática posible. El ministro de Economía, Martín Guzmán, hizo lo propio al rechazar tales rumores.

Entre los gerentes de las principales petroleras del país, incluidas la de servicios, también abonaron a las habladurías. Entre chat y chat, alguno recordó una reciente charla de González en la UTN sobre la necesidad de desarrollar proveedores locales. “Uh, ahora este viene con esa idea”, escribieron.

Es miércoles por la tarde. González sale de Casacruz para reunirse con Darío Martínez, secretario de Energía, con quien supo organizar el Foro Patagónico en 2018 –junto a otrxs legisladorxs de la región– para resistir los embates del macrismo, donde los temas energéticos siempre fueron claves.

“No podés tener una petrolera de bandera y no contar con proveedores de servicios desarrollados”. No es una frase muletilla de González. De alguna manera, la desarrolló en diciembre del año pasado cuando finalizó una maestría en hidrocarburos en la Universidad Austral. Todavía no sabía nada de su nuevo destino. Affronti también es de la idea de desarrollar proveedores locales.

“Además de bajarle el costo a YPF, genera empleo en los pueblos”, le escucharon decir al todavía diputado nacional por Santa Cruz. No podrá asumir como presidente de YPF hasta tanto no se formalice su renuncia en la Cámara baja. Cuando ocurra, quien lo reemplazará será el rioturbiense Jorge Verón.

La carpeta en su escritorio con el estado de situación de la compañía lleva implícitos los desafíos por delante y el nuevo rumbo que deberá adoptar la otrora nave insignia de los hidrocarburos en el país (relegada por el macrismo): el desarrollo en Vaca Muerta, la revitalización del Golfo San Jorge con la explotación secundaria y terciaria de recursos convencionales, la descentralización de la operación, la situación financiera tras una renegociación de deuda que Nielsen no supo manejar del todo, la relación con lxs gobernadorxs de las provincias productoras y el relanzamiento de la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (Ofephi). Todo esto en un contexto económico adverso que se arrastra desde la Alianza Cambiemos

Ley de hidrocarburos

Nielsen había llegado con una idea de una nueva Ley de Hidrocarburos específica para blindar a Vaca Muerta. Su concepción era la de armar una suerte de Fideicomiso en los Estados Unidos que les garantizase a los inversores llevarse el dinero “invertido”. Durante la pandemia, la inversión global en el sector de los hidrocarburos cayó 200.000 millones de dólares, según el especialista Víctor Bronstein, del Centro de Estudios de Energía, Política y Sociedad. Desde su óptica, para desarrollar el yacimiento no convencional de Neuquén se necesitarían 7.000 millones de dólares de inversión por año.

“Nielsen no logró ni inversiones ni la nueva Ley de Hidrocarburos”, enumera Bronstein.

Cuando Darío Martínez asumió la conducción de la Secretaría de Energía, empezó a trabajar sobre la nueva normativa junto al CEO de YPF. De buena relación con González desde que integraban el Foro Patagónico junto a Martín Doñate (Río Negro), Santiago Igon (Chubut), Walter Vuoto (Tierra del Fuego), María Emilia Soria (Río Negro) y Nancy González (Chubut), habían quedado en que cuando estuviera el borrador se lo enviaría al todavía diputado nacional. Ahora González se involucrará de lleno en la iniciativa.

“Hay que pensar en desarrollar los recursos convencionales, y que no sea solamente una ley para Vaca Muerta”, sostiene. Es lo mismo que había manifestado Alberto Fernández durante un reportaje con El Cohete a la Luna:

“La Argentina en un momento se enamoró de Vaca Muerta, puso todos los incentivos y los esfuerzos allí y desincentivó el resto de la producción convencional. En la Argentina hay baja exploración para buscar nuevos yacimientos y muy baja explotación secundaria y terciaria”.

El nuevo marco normativo debería incluir mecanismos para empujar la producción, e incluso mejorar el tema impositivo para exportar o mecanismos similares al Plan Gas, suele reflexionar González entre sus colaboradores, una mirada que se acentuó durante su cursada de la maestría en hidrocarburos.

Y todos los planes bajo una directriz concreta: el autoabastecimiento del mercado interno tal como establece la Ley 26.741 que declaró de interés público la producción de hidrocarburos.

“Al petróleo hay que sacarlo y luego pensar en una reconversión energética”, sostiene un ex gobernador que también conoce el paño petrolero. Pensar en los recursos no convencionales como una bala de plata a favor del país, donde prima la restricción externa, sumado a los datos globales que hacen pensar que este tipo de producciones no son sustentables en el tiempo, no sería del todo viable.

 

 

OFEPHI

Pablo González habló de YPF con Alicia Kirchner, gobernadora de Santa Cruz por segundo mandato consecutivo. En este sentido, la relación de la nueva conducción política con lxs gobernadorxs de las provincias productoras, nucleadas en la Ofephi, podría (y debería) ser clave para el nuevo rumbo que necesitará adoptar en el cortísimo plazo la operadora de bandera.

En 2012 la Ofephi fue central para la recuperación del 51% de las acciones de la sociedad y ahora lo podría ser para apoyar el plan de inversiones, el desarrollo de los proveedores locales o avalar el canje de la deuda. Son señales que hoy no están, enfatiza González entre sus colaboradores. Las provincias productoras son diez; si hay diez mandatarixs provinciales avalando la gestión de YPF, la ecuación cambia. De eso hablaron con Alicia Kirchner.

Pero primero lo primero, le explica el nuevo presidente de YPF a sus allegados antes de salir corriendo desde Casacruz hasta la reunión con Darío Martínez. Una vez que se resuelva la cuestión de la deuda –enfatiza– habrá que explicarle a la sociedad que venimos a producir. Ni más ni menos que eso, en un contexto donde la ecuación energética –incluida la alineación salarios-tarifas mencionadas por CFK– será clave.

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