Al vil precio de la mezquindad Por Alberto Grille.

Luis Lacalle Pou y Yamandú Orsi En la foto: Luis Lacalle Pou y Yamandú Orsi en el acto de conmemoración del 210.° aniversario de la Batalla de Las Piedras. Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS POR ALBERTO GRILLE 25 JULIO, 2021 FACEBOOKTWITTERWHATSAPPTELEGRAMPRINTFRIENDLYGMAILCOMPARTIR Como ha informado la prensa, hace un par de días, los ediles blancos y colorados negaron su voto para la aprobación de un mensaje del intendente Yamandú Orsi solicitando autorización para firmar la creación de un fideicomiso para financiar la construcción de obras de vialidad, caminería, saneamiento y parques públicos en todos los rincones del departamento. Tales obras tendrían el propósito de mejorar la calidad de vida de los canarios, valorizarían sus propiedades, harían más habitables sus pueblos y ciudades, permitirían un mayor y mejor desarrollo a la logística, el medioambiente y el transporte público. Para ser más preciso, lo que se planteó por parte del Ejecutivo fue la propuesta de tomar una asistencia financiera, que podría ser un fideicomiso, para hacer un plan de obras y una fuerte inversión pública en todo los municipios del departamento por un total de U$ 80.000.000. Es sabido que cuando la cancelación de un endeudamiento departamental se extiende más allá del período de gobierno, es la Junta Departamental por dos tercios de votos la que autoriza al intendente a firmarlo. En este caso, el Frente Amplio solo cuenta con 20 ediles por lo que necesitaba un voto de la oposición para obtener la autorización mencionada. Del monto total se destinarían U$ 40.000.000 a obras de caminería, consolidación barrial, luminarias, mejoramiento de calles, drenaje de pluviales y cordón cuneta, también U$ 10.000.000 para remodelación y mantenimiento de espacios públicos, plazas y parques, otros U$10.000.000 para gestión ambiental para continuar con el plan de limpieza de Canelones y para recolección, clasificación y reciclado de residuos, U$ 3.000.000 para formar un fondo de renovación de la flota de transporte público de pasajeros, tanto sea ómnibus como taxis, y alrededor de U$ 20.000.000 reservados para el proyecto de movilidad metropolitana, que aún no está firme. No está de más repetirlo, las mencionadas obras que se proyectan para todo el departamento de Canelones han sido planificadas para dar solución a problemas, mejorar las condiciones de vida y crear fuentes de trabajo para la población de Canelones que hoy necesita recursos legítimos para mejorar sus condiciones de vida. Cuando se dice ‘en todo el departamento’, se dice que hay obras planificadas en Las Piedras, San Antonio, Migues, Los Cerrillos, Colonia Nicolich, Paso Escobar, 18 de Mayo, San Ramón, San Jacinto y en los 30 municipios departamentales, que al no aprobarse el fideicomiso propuesto deberán ser postergadas o buscarse otra forma alternativa de financiación, de aquellas en que no es preciso obtener los votos de la oposición. Dejarán de adquirirse 4.000 contenedores de metal, 110.000 contenedores de basura, maquinaria pesada para vialidad y para recolección y disposición de residuos, barométricas, camiones utilitarios, papeleras, composteras y pulverizadores, todos equipos indispensables para el tratamiento y mejoramiento del medioambiente. Procurando obtener las mayorías necesarias, el Ejecutivo departamental se reunió varias veces con los ediles de la oposición y los coordinadores de los ediles de la bancada FA. La oposición solicitó que se aplazara el tratamiento en sala porque necesitaban unos días para estudiarlo y luego algunos ediles de la lista 33 del Partido Nacional y el propio Sebastián Andújar declararon la importancia de esta inversión pública. Lo mismo hizo el único edil del Partido Colorado, Jerónimo Costa (Batllistas), que declaró públicamente que eran muy importantes para el departamento las obras que se proponían. En la última de estas reuniones la oposición introdujo algunos cambios que fueron aceptados y también se propuso la formación de una comisión de seguimiento que también fue aceptada. Hasta el día antes del plenario era un hecho que se votaría afirmativo, pero en la misma tarde del martes avisaron que no lo votarían e hicieron declaraciones a la prensa diciendo que el mismísimo secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, por orden del presidente, les solicitaba actuar como partido y no votar el fideicomiso. El edil colorado declaró que no iba a romper el funcionamiento de la bancada multicolor y tampoco votó, al parecer por disposición de Adrián Peña, ministro de Medio Ambiente y líder del sector colorado Ciudadanos. Desmintiendo a sus propios ediles, Alvaro Delgado quiere sacar la pata del lazo. Niega haber intervenido pero reconoce que pretendió intercambiar el voto de los ediles blancos y colorados en Canelones, por el de los ediles frenteamplistas en Rocha y Río Negro, necesarios para aprobar sendos fideicomisos en las mencionadas intendencias blancas. Es cierto que es curioso que el Presidente usara a su arlequín, Alvaro Delgado para trasmitir su mensaje. La verdad es que es raro que el presidente les transmitiera por el Secretario de la Presidencia que les instigaba a actuar como partido porque el Dr. Luis Lacalle Pou tiene expresamente prohibida por la Constitución cualquier actividad político partidaria. También llama la atención que se violara tan categóricamente la autonomía departamental, mucho más cuando el propósito es obstaculizar obras que inocultablemente beneficiarían a toda la población del departamento, naturalmente sin distinción de partidos. Hoy queda expuesto en forma meridiana quiénes piensan en el bienestar de las vecinas y vecinos de Canelones y quiénes piensan únicamente en sus propias y mezquinas aspiraciones políticas. Hoy queda en evidencia quiénes hacen honor al mandato popular y quiénes solo están para cumplir el mandato partidario o sectorial enceguecidos por el propósito de ocupar todos los espacios de poder para llevar adelante políticas que favorecen a los sectores más acomodados y postergan a los más humildes. Lo más lamentable es que se rompió una tradición de diálogo y comprensión entre gobierno y oposición en Canelones y que semejante quiebre permite avizorar conductas que pueden marcar la política en los años que nos separan de las elecciones nacionales que serán en noviembre de 2024. Probablemente algunas de las obras necesarias para el departamento de Canelones se van a realizar, a pesar de no contar con el justo y correspondiente aporte financiero del gobierno nacional, negado por resolución del presidente de la República, a través de la OPP, y a pesar de no contar con el respaldo político de las bancadas del Partido Nacional y del Partido Colorado, hoy más oposición que nunca, que le niegan a la ciudadanía canaria la posibilidad de contar con obras que los beneficiarán y le harán vivir una vida mejor. El episodio traza una línea divisoria muy perjudicial para Canelones. Durante muchos años Yamandú Orsi logró un clima político de convivencia ciudadana en el departamento obteniendo un diálogo muy civilizado que incluyó a trabajadores, empresarios y a todos los partidos políticos. En esta oportunidad las cosas fueron diferentes y lamentablemente el golpe vino de afuera. De ahora en más se respirará un aire distinto, aunque los ediles blancos y colorados dejaron más que claro que la orden vino del propio presidente y su arlequín, Álvaro Delgado. La instancia terminó siendo un circo. Es clara la intención de la oposición: frenar el desarrollo de Canelones y cortar la posibilidad de la candidatura de Orsi. La estrategia de la oposición es que «cuanto peor, mejor». Para la coalición que gobierna en el país y que es oposición en Canelones se trata de que Yamandú Orsi fracase, aunque sea a costa de sacrificar a los canarios. Sin embargo, hay alternativas a explorar y que no requerirían los 21 votos. Tal vez la gente recibirá las obras que necesita y la oposición tendrá el justo castigo a su mezquindad.

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