El informe del programa Así nos va sobre la tarea que desarrolló la
organización Nada crece a la sombra, agitó fuertemente el avispero.
Los descargos de su responsable dejan más dudas que certezas.
Lo que está claro es que los controles brillaron por su ausencia.
Todos sabemos de los cientos de ONG´s que existen en Uruguay.
Muchas con trayectorias intachables y responsabilidad social.
Pero otras se convirtieron en un medio de vida para sus miembros.
Recuerdo el caso de un connotado miembro de una minoría que
había conseguido apoyo de alguna organización europea y armó
todo un tinglado trucho con gurises y cajones de fruta para justificar
los subsidios frente a la inspección de los generosos donantes.
Allá ellos, el vivo y los ingenuos que creían apoyar al 3er. mundo.
Últimamente hay una gran danza de nombres de diversas ONG´s.
Todas con convenios con organismos del Estado e intendencias.
Así surgen: A Ganar, Plemu, Uruguay Adelante y muchas otras.
Y se buscan ávidamente vínculos políticos a izquierda y derecha.
La cuestión de fondo es que el Estado precisa sin dudas, del
accionar de muchas organizaciones de la sociedad civil para cubrir
carencias o necesidades que no se realizan por el aparato estatal.
No está mal, no es condenable ni debería ser mal visto que suceda.
Pero lo que no es admisible es que se otorguen fondos públicos sin
contraprestaciones o controles del cumplimiento de sus deberes.
Si se usa guita del Estado para favorecer a correligionarios o
compañeros, se está lindando en algo que huele a corrupción.
Ya es hora de que se establezcan mecanismos de control, porque
este ambiente de sospecha perjudica a gente bien intencionada.
Hay que separar bagres de tarariras en el mundo de las ONG´s.
Y terminar de una vez por todas, con los curreros que lucran con la
Inmensa necesidad de los más débiles de nuestra sociedad.
Transparencia total es la clave, y que caiga quien caiga.
Alfredo García
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